"Para enamorarse bien hay que venir al sur!" Y acá si me estoy enamorando de India.
Estamos en Arambol, pueblito playero del norte de Goa, estado que se ubica al sur de India. El tren nos dejó en Pernem, a unos 15 km de acá. Un viajecito en taxi desde la estación y llegamos al mar.
Teníamos muchas dudas, de si nos íbamos a poder a bañar, yo principalmente de cómo me iba a tener que vestir. Ya desde el taxi, entrando a la ciudad, se me dibujó una sonrisa en la cara. Cientos de turistas, en malla, en short, en musculosa. Todo look playero. Me hizo acordar mucho a Pipa en Brasil. El taxi nos dejó en la calle principal repleta de tiendas y de ahí a buscar nuestro alojamiento para los próximos 4 días.
Encontramos un lugar lindo, a buen precio (160$ argentinos la noche), con un balconcito esperándonos para tomar unos buenos mates. Dejamos todo y salimos rumbo a la playa. Y gran sorpresa nos llevamos, es ESPECTACULAR. Súper amplia con bares y restaurantes en toda la línea de playa y el mar mejor de lo que creíamos, un azul intenso, limpio y cálido.
Y acá empezamos a vivir en una rutina que nos encanta y que disfrutamos más que nada. Playa por la mañana, un poco de trabajo en la media tarde y caminatas al atardecer cuando la ciudad se transforma o más bien sus playas..
A partir de las 5 de la tarde en la primera línea de playa, por delante de las reposeras de los restaurant se arma una gran feria. Vendedores de artesanías arman sus puestos sobre la arena y la costa, con una marea muy baja, se vuelve la avenida comercial de la ciudad. Todos se acercan a la playa, a caminar, a bailar, a comer choclos, a hacer malabares, a vivirla como se te ocurra. Se respira libertad, y sí es muy muy hippie. Pero cada uno está en la suya y un espacio así siempre se disfruta. El sol se oculta en el horizonte del mar como una bola de fuego naranja. La feria empieza a encender sus luces (cada uno tiene su led para mostrar lo que venden) y vuelve a cambiar el paisaje. Por su parte los bares y restos comienzan a armar su circo. En el lugar de las reposeras ahora se arman mesas para cenar y cada una con velas que vuelven al salón un lugar romántico y especial. Cenas con los pies en la arena y muy pero muy cerca del mar. Todos los días se arma lo mismo, acá todos los días parece ser año nuevo.
Decidimos quedarnos un día más. Acá voy a pasar mi cumpleaños y estoy feliz por eso. Es lo que quería recibir los 30 en la playa.. Se nos vienen muchos días de playa porque el viaje seguirá más al sur donde dicen cada vez habrán mejores playas. Parece que empezó lo mejor..
Estamos en Arambol, pueblito playero del norte de Goa, estado que se ubica al sur de India. El tren nos dejó en Pernem, a unos 15 km de acá. Un viajecito en taxi desde la estación y llegamos al mar.
Teníamos muchas dudas, de si nos íbamos a poder a bañar, yo principalmente de cómo me iba a tener que vestir. Ya desde el taxi, entrando a la ciudad, se me dibujó una sonrisa en la cara. Cientos de turistas, en malla, en short, en musculosa. Todo look playero. Me hizo acordar mucho a Pipa en Brasil. El taxi nos dejó en la calle principal repleta de tiendas y de ahí a buscar nuestro alojamiento para los próximos 4 días.
Encontramos un lugar lindo, a buen precio (160$ argentinos la noche), con un balconcito esperándonos para tomar unos buenos mates. Dejamos todo y salimos rumbo a la playa. Y gran sorpresa nos llevamos, es ESPECTACULAR. Súper amplia con bares y restaurantes en toda la línea de playa y el mar mejor de lo que creíamos, un azul intenso, limpio y cálido.
Arambol Beach - Goa |
Y acá empezamos a vivir en una rutina que nos encanta y que disfrutamos más que nada. Playa por la mañana, un poco de trabajo en la media tarde y caminatas al atardecer cuando la ciudad se transforma o más bien sus playas..
A partir de las 5 de la tarde en la primera línea de playa, por delante de las reposeras de los restaurant se arma una gran feria. Vendedores de artesanías arman sus puestos sobre la arena y la costa, con una marea muy baja, se vuelve la avenida comercial de la ciudad. Todos se acercan a la playa, a caminar, a bailar, a comer choclos, a hacer malabares, a vivirla como se te ocurra. Se respira libertad, y sí es muy muy hippie. Pero cada uno está en la suya y un espacio así siempre se disfruta. El sol se oculta en el horizonte del mar como una bola de fuego naranja. La feria empieza a encender sus luces (cada uno tiene su led para mostrar lo que venden) y vuelve a cambiar el paisaje. Por su parte los bares y restos comienzan a armar su circo. En el lugar de las reposeras ahora se arman mesas para cenar y cada una con velas que vuelven al salón un lugar romántico y especial. Cenas con los pies en la arena y muy pero muy cerca del mar. Todos los días se arma lo mismo, acá todos los días parece ser año nuevo.
Atardecer en Arambol |
Decidimos quedarnos un día más. Acá voy a pasar mi cumpleaños y estoy feliz por eso. Es lo que quería recibir los 30 en la playa.. Se nos vienen muchos días de playa porque el viaje seguirá más al sur donde dicen cada vez habrán mejores playas. Parece que empezó lo mejor..
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