martes, 31 de enero de 2017

Mas del Sur de India: Allepey, Madurai, Munnar

Ya estamos cerrando una etapa en India. Estos últimos días, después de las recorridas playeras que terminaron en Varkala, pasamos por tres ciudades muy distintas y cada una con su perla.
Alleppey es una pequeña ciudad que está a unas 3 horas en tren de Varkala hacia el norte. Es famosa por sólo una cosa, sus canales: los backwaters. Ni bien entras a la ciudad te sorprendes con un cartel que te da la bienvenida a la “Venecia del sur”. Y es que esa es su perla, los canales que recorren la ciudad y que explotan como atractivo turístico. Allepey está sobre la costa asi que también tiene playa, de hecho nos alojamos sobre la playa y al atardecer los dos días que estuvimos nos dimos un chapuzón. Pero claramente no es el punto de atracción. Playas sucias, descuidadas, sin turistas y con algunos grupos de indios que hacían ofrendas al mar o jugaban a las cartas (los hombres). Algo así como pasaba en Mumbai, la playa está pero ellos parecen no notarlo, o por lo menos no como lo hacemos nosotros. Pero como les contaba el paseo son los backwaters. Hay muchas opciones para recorrerlos. Desde lo más lujoso, a bordo de un Houseboat: con varias habitaciones, living con tv plana y cable!, habitaciones de primer nivel.. son increíbles y podés dormir y pasar varios días ahí. También alquilan lanchas que te llevan de paseo: son para un máximo de 8 personas y tienen sillas y algunas reposeras, en algunas te ofrecen darte la comida. Estas son para pasar un par de horas y te cobran unas 500 rupias la hora (unos 130 pesos) Y en un tercer lugar está la opción más económica: el “local boat”. Es el bote colectivo, el que usan los locales para ir y volver desde sus casas entre los canales a la ciudad. El camino que hace es casi lo mismo que cualquiera de las otras dos opciones. Va parando y hace bastante ruido, pero fuera de eso estuvo muy bien. Si obvio elegimos la tercera opción! El precio: 30 rupias ida y 30 la vuelta (por los dos! Una ganga). Por momentos los backwaters parecen el delta del Tigre y por otros la vegetación es tan tupida que te trasladas a un pequeño amazonas. El paseo vale la pena, la gente que vive sobre el río y hace uso del agua para todo. Lavan su ropa, cepillan sus dientes, se bañan y pescan. Claro que también lo ensucian, es algo que no les voy a aceptar nunca a los indios. Esa manía de sacar todo, en la calle, en el mar, en los ríos… La experiencia fue muy linda, les muestro algunas fotos:





HouseBoat



De Alleppey tomamos un tren nocturno de unas 11 horas y nos fuimos para otra estado. Nos pasó que en el itinerario que teníamos pensado nos quedaban dos días en el medio que no sabíamos donde pasarlos. Y mirando un poco en Internet vi unos templos que me impresionaron. Los templos de Madurai, en el estado de Tamil Nadu. Algo me habían hablado de este estado. Al parecer son los rebeldones, así como pasa en España con los catalanes, que no se sienten españoles. Bueno los de Tamil no se sienten indios. Ellos son diferentes, y no te quieren hablar otro idioma que no sea Tamil (cosa que en realidad no fue así), y tienen sus propias comidas, y son diferentes. Todo eso me contó una mujer con quien compartí vagón en el un tren. Entre los templos y esa gente diferente nos tentó y allí fuimos. El viaje estuvo bien, dormimos bastante y a eso de las 12 del mediodía estábamos llegando a Madurai. Es la segunda ciudad más grande de Tamil (la primera es Chennai) y también una de las más antiguas. Sus templos datan del 1600.

Veníamos de una seguidilla de pueblitos y entrar a Madurai fue como estar otra vez en Delhi: kilombo total. Muchos tuc tuc, ruidos, olores, genteeee!!! Buscamos hotel, y nos instalamos. Madurai es grande pero como siempre uno se mueve por un pequeño circulo. Y lo bueno es que los templos importantes de la ciudad están todos juntos, en una enorme manzana y amurallados. Claro que son tan altos que los ves a la distancia. Con sus tradicionales figuras de dioses y con una punta que simula ser el infierno. Se ve una figura de algo así como un dragón sacando fuego por su boca. Las torres son cuatro, dos más altas y otras dos más pequeñas. El ingreso cuesta 50 rupias por persona y se pueden recorrer los interiores pero no está permitido el acceso a los turistas a los espacios de oración. Allí donde están las figuras sagradas y los indios pasan y los veneran (algo así como era en los templos donde me robaron las zapas). Y el largo viaje en tren quedó saldado con estas vistas religiosas y con los rituales hindúes que a veces resultan tan interesantes. Ellos tocan a todos las figuras y a cada una de ellas la veneran, le rezan, y le dan vueltas en circulo poniéndole velas. Pero no todo fue templos en Madurai, también visitamos el Memorial Gandhi Museum. Salimos un poco del área religiosa y más turística de la ciudad, para llegar a este museo que me encantó. En un recorrido fotográfico y con un inglés de una lectura muy simple te cuenta la historia de India, y en esa historia los momentos de Gandhi. El paso de los ingleses, los maltratos a los indios, la conformación de grupos políticos que empezaron a pedir por una liberación, la llegada de Gandhi, su pedido de paz, su marcha salada (que empezó con unas 20 personas y terminó con una nación a su alrededor). Sus luchas, su vida y su muerte. No soy una persona que recuerde todo lo que ve y lee pero algunas cosas que me llaman mucho la atención las recuerdo. La bandera de India tiene en el centro una rueda. Esa rueda representa al instrumento con el que se produce la ropa, una especie de telar. Ese fue el instrumento de revolución de Gandhi. Los ingleses exportaban las telas indias a Inglaterra donde se producía la ropa y esa misma ropa volvía a India y era vendida por precios de locura, así con todo. Por eso Gandhi comenzó a impulsar la revolución desde el mensaje de que los indios debían generar sus propios recursos, hacer su propia ropa, cocinar su comida y sus propios servicios. Esa fue su arma de lucha, por eso la bandera lleva ese símbolo. Y hoy India es una mega potencia. Es increíble ver como todo lo que uno consume acá, todo, esta hecho en India. Porque podes ver marcas internacionales, pero las telas, la mano de obra, las fabricas están en India. Y le falta mucho en cuanto a la repartición de esos recursos porque la pobreza es inmensa, pero también es uno de los países que más crecimiento tiene en todo el mundo.  

Templo de Meenakshi Amman


Los colores de las calles de India


Dentro del Templo

Gandhi Memorial Museum (Perdón pero adentro no se podían sacar fotos)



Y la tercera ciudad de este paso es Munnar. Nos metimos en las montañas, estamos a unos 1600 mts. de altura, clima de montaña: calor de día y mucho frio por la noche. La perla de Munnar son sus campos de té. Esta zona es una de las primeras (si no la primera, la segunda) en cosechar plantaciones de té. Pero no lo inventaron los indios, sino los ingleses por supuesto. En épocas de la colonia los ingleses eligieron estas zonas de India para pasar sus veranos. Era una excelente forma de escapar de los calorones de Inglaterra y venirse a la montaña. Expertos bebedores de té, exportaban desde China, y eso les costaba mucha plata por lo que empezaron a plantar sus propios cultivos de té. Convirtiendo a esta zona en un mar verde donde se producía el mejor té del mundo. Pasada la época de la colonia estas tierras después pasaron a ser propiedades de empresas, y aún hoy por lo que leí la gran mayoría de las hectáreas (sino todas) son propiedad privada. La más grande es la empresa TATA, se la ve por todos lados. Herencia inglesa y hoy paraíso turístico entre las montañas. Ya en el camino, cuando veníamos (viajamos en bus local desde Madurai a Munnar, un cambio de bus en el medio y 5 horas de viaje en total), el camino era impactante. Montañas de un verde casi fluor, con subidas y bajadas, algunas cositas perdidas, y algunas mujeres que se perdían entre los pequeños arbustos juntando las hojas de té. Es maravilloso. Luego está en el pueblo, que te hace recordar que estás en India, y a 4 km a la redonda, vayas para donde vayas, los campos de té. Les dejo algunas imágenes, lo recorrimos en moto y fue increíble..





jueves, 26 de enero de 2017

Kerala, la selva de India

Nuestro recorrido indio sigue bajando, seguimos camino al sur y elegimos comenzar en Varkala, en el estado de Kerala. La ciudad más al sur a la que íbamos a ir para después empezar a subir un poco. Después de un viaje largo, muy largo, en tren llegamos. Acá las distancia no son tan grandes, hablamos de cómo mucho 800 Km (que era la distancia aproximada que teníamos que hacer), pero el viaje nos llevó unas 17 horas!! Los trenes van despacio, se frenan por diferentes circunstancias y todo empieza a atrasarse. 

Lo completamos después de 18 horas (afortunados, sólo 1 hora de atraso). Basto con salir del tren, en el cual teníamos aire acondicionado porque gracias a dios decidimos pagar un poco más y viajar en la clase AC3, para caer en que habíamos llegado a la selva. Ese clima húmedo, pesado, calurosísimo nos abrasó, y encima de eso se venía una vez más.. la búsqueda de hospedaje. Creo que eso es lo más pesado del viaje. Como uno se mueve todo el tiempo cada dos o tres o a veces cada 1 día, tenés que siempre estar buscando alojamiento. Y en India nada tiene precio, es decir todo lo tenés que negociar. Imagínense que en Udaipur una habitación de 1200 la pagamos 600 rupias. En otros lugares no tuvimos la misma suerte y fue imposible bajarles el precio. Pero son todos muy variados y no siempre condicen con la calidad de los servicios que brindan.

Pasemos a describir un poco cómo es Varkala. Es una de las perlas de este estado. Un poblado muy turístico y occidentalizado. Al llegar a la estación todo es muy parecido a los pueblos costeros que ya vimos, este con un poco más de movimiento. Buscamos un bus local y nos acercamos a la zona de playa. Y ahí empezó la odisea de los hoteles. Todos se te vienen encima. "Room? Room? I have rooms! Come, Come" Siempre que los seguimos nos mostraron lugares espantosos asi que preferimos buscar por nuestra cuenta. Dimos con un lugar muy lindo, detrás de la calle principal, con buen we fi asi que ahi nos quedamos 4 noches.

Paseo turístico Varkala 
Varkala Cliff

Varkala Cliff


La zona turística de Varkala está sobre el acantilado. Es una sola callecita en donde están los restaurantes y tiendas de un lado y del otro el mismísimo precipicio. el paseo es divino porque todos los locales se ven super lindos, limpios, modernos y del otro lado está el inmenso mar con sus olas rompiendo contra las piedras. 
De India tiene poco, si bien todos los restaurantes brindan comida india, prevalece la comida internacional: china, tibetana, thailandesa.. Y todo es riquisimo! El promedio es de unas 400 rupias por dos platos sin bebida. es decir menos de 100 pesos. 

Además del paseo comercial están sus playas, allá abajo del acantilado. Donde más estuvimos fue en Varkala Cliff, la playa que nos quedaba de bajada. Una de las más populares en donde desde muy temprano hay gente haciendo Yoga o meditando (es algo muy común por estos lados, todos ofrecen clases de yoga y meditación). Un mar abierto azulado muy bello pero con unas olas por momentos asesinas. Es un destino surfista asi que era de esperar que hayan olas grandes. Y no es joda.. cuando todo está calmo de repente aparecen unas tremendas olas que te dan una revolcada terrible! Todo muy lindo pero yo paso.. no pude aprovechar demasiado este mar.

Un templo muy particular en el centro no turístico de la ciudad

Colectivo local

Y por fuera de ese circuito turístico hay una ciudad muy tradicional. Mujeres de sarees y hombres con una especie de polleras. nos encontramos con que este estado a diferencia de Goa es muy respetuoso de sus tradiciones, al punto que mi exhibición en bikini les molesta muchísimo. La playa turística estaba a unos 20 metros pero la señora de un kiosquito al verme en maya me empezó a tirar la tierra que tenía en su mostrador con una escobilla, al grito de "Longi, Longi!!" o algo así. Y haciendo la seña de que me vista. Le molestaba muchisimo que esté así, sin ropa, cerca de ellos. Y me hizo sentir incómoda sí, como desnuda, aunque no lo estaba. más tarde volvimos a caminar por ahi pero con ropa y un pañuelo que me tapaba los hombros. Situaciones parecidas pasé en el bus local donde las mujeres me miraban espantadas de andar en shorcito mostrando mis piernas como una exhibicionista serial. Sepan entender veníamos de Goa, donde todo es joda, todo vale, nadie mira a nadie. Y acá se horrorizan por mi bikini, pero bueno no puedo olvidarme que estoy en India. Y aunque cada estado parezca un país diferente sigo estando en un país donde las mujeres no muestran sus hombros, ni sus piernas, y se mantienen ahí detrás de los hombres, en segundo plano, viviendo su vida tranquila y sin grandes sobresaltos. 

miércoles, 18 de enero de 2017

Palolem.. sur de Goa.. Like heaven

Atrás quedó Arambol, y por primera vez en lo que va del viaje costó un poquito salir otra vez a la "ruta". La verdad que ese pueblito playero me ganó el corazón. Sus enormes playas.. su onda, sus buenos restaurantes.. comenzar mis 30 ahí fue la mejor elección. Y seguramente no sea la primera vez que nos pase esto, no querer irnos de algún lugar, pero hay tanto por conocer que no queda otra que rearmar la mochila y seguir viaje.

Así que tomamos un tren y un bus y en unas 4 horas estábamos en el sur de Goa, en un pueblito llamado Palolem. Muy recomendado por los viajeros en todos los blogs. Llegamos cerca de las 4 de la tarde y encontrar hospedaje fue bastante difícil. Es difícil llegar. Es como que en poco tiempo tenés que hacerte al lugar, y dar con el hospedaje correcto, bueno, bonito y barato. Habremos caminado una hora. Entrando a unos 6/7 guest house (acá se les llama así, son habitaciones que cerras con un candado, a veces te lo dan ellos o usas tu propio candado. Y cada uno hace la suya sin necesidad de una recepción o espacio común entre los huéspedes). Finalmente dimos con uno. Habitación grande, balcón, buen colchón y sobre todo buen WiFi, fundamental para estos nómades digitales.

Canacona Station - Estación de tren cercana a Palolem Beach


Tengo que decir que el primer día Palolem no me gustó demasiado. Entre el cansancio del viaje, la mufa por encontrar hotel y la playa repleta de indios, sólo deseaba volverme a Arambol. Pero esas sensaciones se fueron al otro día...

Palolem es un paraíso. Su playa es una especie de herradura, tiene 1,5 km de extensión y el mar es super calmo, ideal para nadar hasta cansarte. La arena es mucho más blanca que en el norte de Goa y acá la onda hippie desapareció. Se nota menos turismo extranjero, un poco más de turismo local, menos comercios, menos ruido, menos fiesta.. todo más calmo.. y para nosotros más lindo. Desde el mar te sentis rodeado.. por palmeras! Es una belleza natural. En las puntas de la playa se levantan rocas que invitan a aventurarse. Diego, siempre más aventurero que yo, caminó entre las rocas y descubrió otros sectores de playa, alejados, vírgenes, ideales para ver la puesta del sol desde otro ángulo.

Palolem Beach - Por la mañana se ofrecen paseos en barco para ver los delfines


El atardecer de cada día






Las horas del mediodía acá son las más fuertes, un calor que sólo se soporta con el agua hasta el cuello. Pero después de las 3 de la tarde empieza a soplar un vientito suave que vuelve a todo tan agradable. Oscurece tarde, cerca de las 7. Aunque desde las 5 y media empieza el espectáculo del atardecer. Vimos que acá el sol se pone con más magnificencia que en Arambol. Un rojo que no habíamos visto antes. Y lo lindo es que es un espectáculo gratuito y que se repite todos los días. Por estas fechas acá todos los días son exactamente iguales: cielo completamente celeste, calor, sol, atardeceres de ensueño.

En su avenida principal está el shopping.. tienditas con artesanías, ropa y especies de todo tipo, no sólo para cocinar sino una gran variedad de tés. Creo que esos son los mejores souvenirs. Pero como nos queda tanto viaje preferimos no empezar desde ahora a llenarnos de recuerditos.

Negocio de venta de especias

Tiendas para todos los gustos


Por la noche los turistas se vuelcan a los restaurantes. hay muchas propuestas diferentes, desde el clásico Thali (aca hacen fish Thali), que consiste como ya mostré en algunas fotos en el plato grande con arroz y varias cazuelas. Ellos mezclan todo y lo comen con la mano) hasta pizzerías, comida tibetana, pastas. Podes encontrar lo que quieras. Goa es un lugar que se caracteriza por las comidas de pescados. Por la tarde en la playa se ven todos los botes que a la noche se pierden en el mar en busca de la cena para los turistas. Es típico que en las puertas de los restaurantes estén las bandejas repletas de pescados, las langostas son increíbles! Mientras que en las afueras del pueblo también se venden para los lugareños. El pescado es fundamental en la dieta de los goanos.

Venta de pescado en las afueras del sector turístico

Y como ya comenté los indios acá son muy distintos. Conversando con gente que ya hace años viaja por estos lares nos comentan que el pueblo goano es de los más ricos de India. Por sus playas, por su gran atracción turística, por su desarrollo hotelero y gastronómico. Hay indios aquí que ganan fortunas. Es por eso que muchos indios de estados vecinos vienen a trabajar acá, a vender comida o artesanías en la playa, pero son perseguidos por la policía y les exigen pagar multas por no pertenecer a este estado. Nos paso de conversar con un vendedor que nos pedía que le compremos porque estaba por venir la policía y les iban a sacar todo.

Tantas historias habrán de fondo. Lo que nosotros vemos es gente muy laburadora, que vive del turismo. Convirtiendo sus propias casas en Guest House, montando pequeños locales como kioscos o restaurantes o simplemente ofreciendo cocos en la calle, ya sea para tomar su jugo o comerlo. Por las tardes se pueden ver a chicos trepados cual monos a las palmeras cortando y dejando caer los cocos para las próximas ventas.

El sur de India es tan distinto del norte. Y pensábamos por qué es tan turístico el norte siendo que el sur es más bello. El norte tiene las piedras preciosas de la historia, los templos, lo autóctono, el Taj. Por eso por lo general un primer viaje a India se hace por el norte. El sur es selvático, es playas, es naturaleza, es otro estilo. Otros ritmos de vida. Pero también menos religión, menos tradiciones a simple vista. Sobre gustos... pero si existe la posibilidad creo que es lindo ver un poco de cada cosa. Nosotros ya pasamos los templos y las tradiciones.. ahora me quedo con estas playitas y la buena vida del sur de India..

viernes, 13 de enero de 2017

Goa.. Donde todos los días es año nuevo

"Para enamorarse bien hay que venir al sur!" Y acá si me estoy enamorando de India. 

Estamos en Arambol, pueblito playero del norte de Goa, estado que se ubica al sur de India. El tren nos dejó en Pernem, a unos 15 km de acá. Un viajecito en taxi desde la estación y llegamos al mar. 
Teníamos muchas dudas, de si nos íbamos a poder a bañar, yo principalmente de cómo me iba a tener que vestir. Ya desde el taxi, entrando a la ciudad, se me dibujó una sonrisa en la cara. Cientos de turistas, en malla, en short, en musculosa. Todo look playero. Me hizo acordar mucho a Pipa en Brasil. El taxi nos dejó en la calle principal repleta de tiendas y de ahí a buscar nuestro alojamiento para los próximos 4 días.

Encontramos un lugar lindo, a buen precio (160$ argentinos la noche), con un balconcito esperándonos para tomar unos buenos mates. Dejamos todo y salimos rumbo a la playa. Y gran sorpresa nos llevamos, es ESPECTACULAR. Súper amplia con bares y restaurantes en toda la línea de playa y el mar mejor de lo que creíamos, un azul intenso, limpio y cálido.


Arambol Beach - Goa

Y acá empezamos a vivir en una rutina que nos encanta y que disfrutamos más que nada. Playa por la mañana, un poco de trabajo en la media tarde y caminatas al atardecer cuando la ciudad se transforma o más bien sus playas..

A partir de las 5 de la tarde en la primera línea de playa, por delante de las reposeras de los restaurant se arma una gran feria. Vendedores de artesanías arman sus puestos sobre la arena y la costa, con una marea muy baja, se vuelve la avenida comercial de la ciudad. Todos se acercan a la playa, a caminar, a bailar, a comer choclos, a hacer malabares, a vivirla como se te ocurra. Se respira libertad, y sí es muy muy hippie. Pero cada uno está en la suya y un espacio así siempre se disfruta. El sol se oculta en el horizonte del mar como una bola de fuego naranja. La feria empieza a encender sus luces (cada uno tiene su led para mostrar lo que venden) y vuelve a cambiar el paisaje. Por su parte los bares y restos comienzan a armar su circo. En el lugar de las reposeras ahora se arman mesas para cenar y cada una con velas que vuelven al salón un lugar romántico y especial. Cenas con los pies en la arena y muy pero muy cerca del mar. Todos los días se arma lo mismo, acá todos los días parece ser año nuevo.


Atardecer en Arambol



Decidimos quedarnos un día más. Acá voy a pasar mi cumpleaños y estoy feliz por eso. Es lo que quería recibir los 30 en la playa.. Se nos vienen muchos días de playa porque el viaje seguirá más al sur donde dicen cada vez habrán mejores playas. Parece que empezó lo mejor..

martes, 10 de enero de 2017

Rumbo al Sur..

Después de cuatro día en Bombay seguimos viaje, nos vamos para el sur, a Goa, dónde dicen está la fiesta de India, las playas, la buena vida.. veremos con qué nos encontramos. Por lo pronto queremos una cama cómoda y un cuarto silencioso para alejarnos aunque sea por un rato de todo lo que nos rodea..

Bombay es enorme, sin embargo lo que recorre el turista es sólo la península, como contaba en el post anterior el barrio de Colaba y del otro lado Marine Drive. Barrios con autos de lujo, restaurantes carísimos y algunos hoteles que destacan. Los dos con sus costas, sus paseos. Colaba con su Puerta de India y el gran hotel Taj Palace y Marine Drive con shoppings y una costa que invita a ver los mejores atardeceres.

Atardecer en Marine Drive

Por fuera de estos barrios está la verdadera Bombay, las mismas calles caóticas repletas de tuc tuc (en Colaba y Marine Drive no están permitidos), hordas de gente y suciedad, por todos lados. 
Por nuestra parte conocimos la parte bonita (que vino muy bien) y viajamos en el tren local, ese que van todos agarrados de la puerta con medio cuerpo afuera a pesar de que el vagón vaya vació a ellos les encanta viajar ahí! Nos fuimos a Juhu Beach. Un barrio bastante alejado del centro y con playa. Si se le puede decir así. Bueno no teníamos demasiadas expectativas, basta con ver cómo se comportan ya podés imaginarte cómo estará la playa. Y sí, basura por todos lados, en la arena y en el mar. Son playas muy amplias pero un mar marrón y arena con botellas y papeles que el mar trajo de vuelta. Llegamos y empezamos a caminar, en un sector se concentraban varias familias indias, claro que todos completamente vestidos, con unos 30 grados de temperatura, las mujeres con sus sarees sentadas en la orilla recibiendo las olas y mojándose con toda la ropa puesta. Qué incomodidad por dios!! Bueno así que pasamos por ahí miramos un poco y seguimos viaje. Siempre mirar al horizonte del mar es lindo, pese a todo.

Y otro paseo casi obligado desde Bombay es la isla Elefante. Está a unos 10 km de la ciudad, se llega en barco, después de una horita de navegación. La isla cuenta con unas cuevas hechas entre los siglos 5 y 8 después de Cristo y está representado el dios hindú Shiva en múltiples estructuras. La obra es maravillosa porque esta hecha adentro de una roca inmensa con imágenes perfectamente talladas. Tan maravillosa que la historia duda de si fue construida por la mano del hombre o por los propios dioses.. Si bien se notan muy deterioradas principalmente porque cuando llegaron los portugueses en el 1500 las dañaron mucho. Pero después de año de abandono en 1970 las cuevas fueron restauradas y en 1987 declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La entrada cuesta unos 10 dólares, pero creo que vale la pena conocerlas.


Puerta de India y Taj Palace Hotel

Las tres caras de Shiva - Cuevas de la Isla Elefante


Así conocimos otra provincia de India, fue Rajasthan primero, Maharastra ahora y nos vamos para la provincia de Goa. Acá la gente es distinta que en Rajasthan, gente de ciudad que no prestan demasiada atención al extranjero (salvo que salgas con short como decidí hacerlo un día! erroooorrrr). Pero algunas cosas no cambian. Y es que tienen cosas que cada día tolero menos. Y no hablo de los ruidos desagradables que generan con su boca. Hablo de lo sucios que son. Hoy volviendo en el barco de la Isla Elefante tuve una situación. Un abuelo con sus tres nietos.. se les cayó una botella de agua vacía al suelo, llegó a mis pies y se las quise alcanzar, a lo que el abuelo me hizo una seña de "tirala al mar" No! le dije. No podía creerlo. Y eso hacen porque a los 5 segundos otro de más atrás tiró su botella vacía al mar y otro el paquete vacío de las papas que se había comido. Todo al mar, todo al suelo, todo afuera, sin entender que nada se va a afuera todo queda adentro. Me indigné, me enojé, intenté explicarle a esa nena que tirar una botella al mar es matar a cientos de peces que van a intentar comerla.. pero no hablaba inglés asi que fue inútil. Pero si entendieron mi enojo y su reacción fue de desconcierto y hasta de risa.. "que le pasa a esta loca?" habrán pensado. Y ese no cuidado de lo ajeno es lo que me enoja porque nada nos es ajeno a decir verdad. Y me entristece que ni los nenes se alteren ante semejante "descuido". Nose qué pretenden, nose qué piensan, no los entiendo y no acepto ese comportamiento. Y ahí fue mi descargo, evidentemente todavía me dura el enojo jaj Pero acá seguimos..  conociendo esta cultura que cada día me gusta un poco menos...

sábado, 7 de enero de 2017

Bombay, el GIGANTE


 Hace poco más de 24 horas que estamos en la ciudad más potente de la India. Según dicen la ciudad donde los sueños se hacen realidad. Inmensa y apabullante en un principio pero con ese ritmo de gran ciudad en el que sabemos vivir y que a pesar de las diferencias no deja de hacernos sentir cierta comodidad. Esa sensación de que todo, lo que busques está al alcance de la mano, o a unas pocas cuadras. Eso que se siente en las grandes ciudades del mundo y por estos días estamos en una.

Pensando en qué fue lo primero que me impactó no tengo dudas, su arquitectura. La influencia británica se siente más acá que en ningún otro lado de la India, creemos y así hemos leído. Son edificios impresionantes, con sus gárgolas, con sus relojes ingleses con un estilo tan particular que uno puede por momentos sentirse en Oxford, por supuesto que basta con bajar la mirada y caer que no es Oxford, es India. El tráfico y la cantidad de gente que circula por las veredas fue el segundo impacto. Claro que los bocinazos y el desorden no nos sorprendió para nada, de hecho acá casi todos respetan el semáforo y se puede cruzar tranquilo en algunas esquinas. Y la cantidad de gente, es algo que esperábamos. En un país con más de 130 millones de habitantes, esta ciudad contiene a 22 millones, no le falta mucho para alcanzar los que somos en total en Argentina. Y con respecto a la gente se pone en evidencia por ejemplo por los puestos de trabajo inventados. Cualquier hotelito, sin importar su categoría cuenta con unos 4 o 5 empleados de movida. Asó como botones, uno te abre la puerta, otro te toma los datos, otro sale a hacer las fotocopias de tus pasaportes, otro aprieta el botón del ascensor, el otro te da el papelito con la clave de Wi Fi y un último te muestra las instalaciones. Todos uniformados, y cumpliendo sus tareas. Lo primero que pensé fue que con tanta gente necesitan crear muchos puestos de trabajo y acá se las ingenian muy bien.

Nos alojamos en el barrio Colaba, que si uno mira en el mapa es casi en la punta de la península. Un barrio con un sello británico en cada centímetro de sus edificaciones. Con una avenida principal repleta de comercios, cerrados y abiertos. Porque a los locales convencionales le sumamos las veredas con tiendas, toda la vereda con tiendas. El espacio para caminar por la avenida es demasiado acotado asi que optas por ir por la calle o meterte en las calles internas. Ahí si, bellísimo, tranquilo, la verdad que el barrio no tiene desperdicio, y así te lo cobran también. Los hoteles son muy feos, con paredes sin pintar, con habitaciones oscuras, chiquitas, pero pagas mucho por un espacio pequeño en este lindo Colaba..


Y en tercer lugar lo que destaca en las primeras horas es el mar. Al estar en una península el mar nos rodea por los dos lados. En nuestro caso estamos más cerca de una de las costas, que cuenta con un paseo para caminar y que además contiene a la popular Indian Gate, una estructura al estilo arco del triunfo construida en homenaje al rey de Inglaterra que visitó estas tierras en 1911. Foto obligada en la puerta de India, es muy alta y gruesa, y como todo monumento importante, después de ver muchas fotos, tenerlo en frente emociona..  

Indian Gate

Victoria Train Station - Bombay

Marine Drive - Bombay