Después de leer cientos de recomendaciones acerca de cuánto tiempo pasar en Agra decidimos hacerles caso y sólo estuvimos por el día. Tren de ida por la mañana y nuevamente tren para llegar a eso de las 20 a Delhi. Y la decisión fue buena porque en Agra no hay nada más que ver salvo el Fuerte Rojo y el Taj.
Así que llegamos a la estación de tren y con un tuc tuc nos fuimos para el Taj. Con una entrada de 1000 rupias (15 dólares) ingresamos. Nos dieron, con la entrada, una botella de agua y unas bolsitas para los pies que debíamos usar al momento de entrar a este castillo de mármol blanco.
Fue ingresar y ver que se asomaba una construcción celestial, estaba ahí frente a nosotros, caminamos por entre la primera puerta, y ahí estaba. Realmente te tiemblan las piernas, es más que bello, es de otro planeta. Es difícil de explicar, porque su belleza supera toda foto o video. Su belleza real es sólo posible de ser apreciada en primera persona. Extasiados ante semejante construcción comenzamos a rodearlo y poco a poco a prestar atención también a la gente que estaba allí, lo que más nos gusta. Creo que van a ser muchas las veces que repita esto, porque la gente de India es maravillosa. Sus sonrisas a flor de piel y siempre dispuestas a entregárnosla. Nunca falta la pregunta "Where are you from?" y ahí comienza la charla, a veces más larga, a veces más breve, pero siempre dejándonos un lindo recuerdo. Hace poco más de una semana que estamos en este país y por el momento puedo asegurar que lo mejor que tiene es su gente, estamos sorprendidos con su generosidad y calidez.
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Taj Mahal desde el centro |
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La otra cara del Taj |
Pero volviendo a Agra y después de caminar unas dos horas alrededor del Taj y de sacarnos miles de fotos, seguimos camino hacia el Fuerte Rojo. Si tuviese que hacer una recomendación diría, anda primero al Fuerte y después al Taj. Me pasó que después de ver esa construcción celestial todo el resto no era gran cosa. En fin recorrimos le Fuerte, que es inmenso, con muchos recorridos, y es bello pero le faltaba ese mármol blanco que nos había encandilado. el precio de la entrada fue de 500 rupias por persona (unos 8 dólares).
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El Fuerte Rojo de Agra |
Y después de ver los dos puntos de Agra quisimos ver un poco la ciudad, teníamos unas 3 horas hasta que volvíamos a subirnos al tren. Caminamos un poco, nos sentamos a almorzar, y seguimos caminando. Pero nada por aqui y nada por allá. Entre el caos de tránsito, los cientos de vacas que copaban la parada y la precariedad de las construcciones, el ambiente no nos gustaba para nada. No veíamos circuitos atractivos para caminar por lo que decidimos volver a la estación y esperar a la salida del tren.
Nos pareció un poco triste que alrededor de semejante construcción, nada menos que una de las maravillas del mundo, se levantara una ciudad tan precaria en todos los sentidos... pero conocer el Taj valdrá la pena siempre y es algo que le recomendamos a cualquiera que tenga la posibilidad de recorrer India.
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