viernes, 16 de diciembre de 2016

NUESTRA LLEGADA A DELHI

El miércoles 14 después de casi 20 horas de vuelo y más 11 horas de escala, llegamos al aeropuerto de Nueva Delhi. El cansancio del viaje desapareció en cuanto salimos del avión, al menos por unas horas, necesitábamos estar atentos para poder llegar al hotel. Leímos muchisimo sobre India, muchos blogs, muchos videos, libros, tanto que en nuestra mente se había armado el panorama de lo que nos podíamos encontrar. Por eso mismo queríamos estar bien despiertos!

Desde el momento que pisamos el aeropuerto vimos que algo no andaba bien, era demasiado lindo! Un aeropuerto de primer mundo, super moderno, limpísimo, y ordenado. Luego de pasar por migraciones, donde presentamos nuestras visas de entrada y el certificado de fiebre amarilla, buscamos el lugar para retirar las valijas. Cambiamos unos dólares en el Punjabi Bank of India y buscamos la salida. Se venía el momento de la verdad. Decidimos tomar el metro que nos llevaba al centro de la ciudad, a unas pocas cuadras de nuestro hotel. Salimos del aeropuerto, caminamos al Metro y una vez más nos volvimos a sorprender. Un metro de los más modernos que hemos visto. Esto es India? Nos preguntábamos.. minutos después llegamos a la New Delhi Station y ahí si.. empezó la aventura.


Estábamos a unas 6 cuadras del hotel, sin embargo nos llevó más de 1 hora encontrar el camino. Tuvimos varios intentos fallidos de pedir coordenadas a los que veíamos más confiables. Las calles de Delhi son tan laberínticas que cualquier indicación  que te den se esfuma en cuanto te alejas 20 metros. Hasta nos contaron la historia de que la zona a la que queríamos ir estaba cerrada porque se estaba realizando un control de malaria, con una seriedad que les juro por un momento le creí! Vueltas, vueltas y más vueltas entre el ruido y la gran cantidad de gente que merodeaba por ahí. Pero sin perder la calma, empezaba a ser necesaria la "paciencia india". Entre el cansancio y la atención puesta en encontrar el camino el panorama no nos impactaba demasiado. Gracias a una aplicación que te permite usar GPS sin estar conectado a internet logramos dar con la calle del hotel, Arakashan, y ahí estaba, hogar dulce hogar. 

En esos primeros momentos empezamos a vivenciar aquello que tantas veces habíamos visto en videos, asi que me reía sola, porque me sentía en una verdadera película. Algo asi como se siente en Nueva York, salvando las distancias.. :) Esta película me hacia reir, el tráfico descontrolado, las cocinas de los restaurantes en la calle, la vaca que se quería meter a los locales, la gente, los ruidos, los olores, todo en ese lugar y todo al mismo tiempo.







Lo cierto es que lejos de espantarnos y asustarnos nos hizo reir mucho, estábamos felices de por fin estar en ese lugar que tanto habíamos imaginado. Su caos nos resultaba gracioso, su gente que nos miraba con ojos de asombro.. decidimos descansar unas horas para luego si con la cabeza más despierta poder salir a descubrir la capital de este subcontiente.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario