Y así de rápido
también pasó Nepal. El tiempo pasa demasiado veloz, también viajando.
Comprobamos que no es cosa de la rutina, que te envuelve y te hace perder la
noción del tiempo haciéndolo pasar sin que te des cuenta. Cuando viajas les
cuento que pasa lo mismo. Y quizás es un poco porque esta vida nómada es hoy
nuestra rutina. En cada lugar al que llegamos terminamos por armarnos un ritmo
de vida, acomodándonos a horarios ajenos, a formas de vestir y de comer, y en un
plazo muy corto a veces de menos de una semana. Pasamos 15 días en Nepal que
sobre el final parecieron ser varios más. Llegando al último tramo con ganas de seguir viaje. Aterrizamos en la capital, Kathmandú y desde allí partimos también a un nuevo destino. También fuimos a la linda Pokhara a unos 200 kilómetros de la Capital y la frutilla del postre, cumplimos con el objetivo de visitar las montañas.
Kathmandú. Tengo que decir que la zona turística es la más fea de toda la ciudad. Se llama Thamel, y allí nos alojamos todos los turistas novatos. Repleto de tiendas con indumentaria de alta montaña y de todo lo que se te pueda ocurrir llevar a una excursión a los Himalayas. Prevalece la marca The North Face en todas las tiendas, imitaciones de las mejores logrando precios increíbles. Camperas que en Bs As podemos pagar entre 5 y 10 mil pesos.. por acá están a sólo 2000 como máximo. Pero la contracara de esto es que son tantas las tiendas y tan pequeñas las calles, y tantos los autos y motos, que el espacio que queda para transitar es mínimo. Sus calles de tierra levantan mucho polvo y la polución está instalada, por lo que muchísima gente anda con barbijos en la calle. Nosotros no compramos pero nos hubiesen venido muy bien para evitar la tos crónica que nos acompaño en toda la estadía nepalí. El panorama es poco alentador. Las calles además de ser angostas, están destruidas. Y es que hace dos años Nepal sufrió un terremoto de 7.9 que dejó un saldo de unos 3000 muertos y unos cuantos miles de heridos. Fue una catástrofe que llegó tan sólo dos años después de un terremoto anterior. 2013, 2015… no les voy a negar que mientras caminaba por esas calles me imaginé varias veces qué haría si el suelo empezaba a moverse. Miedo. Nada pasó y todo quedó en nuestro imaginario. Se van haciendo una idea de cómo es Kathmandú? Bueno además en la capital de Nepal encontramos templos budistas maravillosos. Similares a aquellas stupas que visitamos en Sri Lanka, pero mucho más bellas. Esas campanas gigantes, que simbolizan la llegada al cielo, en Nepal están decoradas con ojos en cada una de sus esquinas. Los ojos de Buda que todo lo ven. Son dos stupas principales que se pueden visitar en la Kathmandú: Boudha Stupa y Swayambhunath. Estarán siempre rodeadas de peregrinos que las recorren girando en un mismo sentido una y otra vez. Y mientras caminan hacen girar las ruedas de plegaria. Son unos cilindros que tienes inscriptos los mantras de sus rezos. Hacer girar la rueda es como estar rezando y siempre deben moverse en el sentido de las agujas de reloj, tal como caminan alrededor de la stupa. Todo muy religioso y super interesante de ver, momentos que nos llevamos de Nepal..
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Stupa Swayambhunath en Kathmandú |
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Vista panorámica de Kathmandú |
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Stupa Swayambhunath |
Y en el medio de
estos 15 días nos movimos hacia Pokhara. Es la otra ciudad turística y que más
cerca de las montañas está. Nepal está a la vera de los Himalayas por lo que
toda su oferta ronda en torno a lo que se puede hacer cerca, encima o por sobre
las montañas. Trekkings, Paracaidismo, Raffting y hasta sobrevolar los
Himalayas en unas avionetas diminutas. Las propuestas son muchísimas, y todo
depende de tu presupuesto y tus ganas de aventura. El viaje de Kathmandu a
Pokhara nos anunciaron que duraría unas 5 horas. En un Bus con aire acondicionado
y lo suficientemente cómodo para ese lapso de tiempo. Error. El viaje duró
bastante más.. Exactamente 9 horas para hacer 200 km. A ver quién supera ese
record! Las razones.. varias. Camino sinuoso de montaña, no hay rutas sino calles
de tierra por las que circulamos TODOS (autos, carros, taxis, colectivos,
megacamiones y muchísimas motos). El viaje consta además de tres paradas al
grito de: 1.”Breakfast!” 2.”Lunch” 3.”Toilet!”. Cada parada de una media hora.
Van sumando? El viaje fue eterno!
Nos acercamos a
la zona turística, donde habíamos reservado una habitación y fue agradable el
entorno. Todo gira alrededor del lago Phewa, frente a él una calle comercial,
con tiendas de artesanías, de ropa y equipamiento de montaña y cafés y restaurantes
de muy buen nivel. Claramente superior a Kathmandú. Los precios un poco más
altos pero el paseo mucho más agradable.
Y nuestra llegada
a Pokhara tenía un objetivo, hacer un trekking para ver parte de los Himalayas,
precisamente una cadena montañosa llamada Annapurnas. Es un trekking muy
popular que hacen todos aquellos que no tienen experiencia y que por supuesto
no se van a embarcar en querer acercase al Everest. Hola que tal, nosotros.
Para iniciar el trekking te exigen dos tipos de permisos diferentes. El control
que hacen es para determinar quien entra y sale de la montaña. Qué días lo
harás y por donde. Así, en caso de no volver o no tener noticias tuyas, saben
por dónde buscar. Esa es la versión optimista. La otra es que es el gran curro
de cobrarte 40 dólares por persona y hacerte firmar un papel en el que aceptas
que en caso de algún tipo de rescate deberás hacerte cargo de todos los
gastos..
Con los permisos
en mano, nos dispusimos a hacer el trekking. Uno puede elegir la duración que
quiera. Puede ser un día (haciendo parte del trayecto en bus y un poco
caminado) y con un máximo que supongo puede ser de 20 días un mes o quizás más.
No consulté demasiado ese detalle porque lo nuestro sería de 2 noches y tres
días. Aprovechamos el fin de semana, para no tener complicaciones con el
trabajo de Buenos Aires. Salimos un sábado bien temprano y volvimos el lunes
por la tarde. La experiencia fue excelente. El trekking es en subida, digamos que
trepas la montaña. El primer día fueron 6 horas de caminata/escaleras. Fue
durísimo, si bien no sentimos dolor de ningún tipo (porque eso viene después)
te quedabas muy rápido sin aire. El esfuerzo físico de subir escaleras sumado
al ascenso y a la cada vez mayor falta de aire nos hacía parar seguido. Ese
primer día debíamos llegar a Ghorepani un poblado en la montaña, porque desde
ahí la mañana siguiente veríamos el amanecer con las montañas como marco, lo
que era el objetivo principal. Durante el trayecto te cruzas con pequeños
poblados como máximo cada 1 hora, a veces menos. En cada uno hay casas de té, a
esto le llaman que sea un restaurant y un hotel a la vez. Tienen un sistema muy
particular y es que si cenas y desayunas ahí no te cobran por la habitación.
Asi que si bien los precios son elevados, no pagar la habitación compensa.
Día 1 completado.
Logramos llegar a Ghorepani. Nos
alojamos en una casa de té que contaba con una sala grande y una estufa a leña
maravillosa! Ahí estuvimos hasta que nos fuimos a dormir, colgando nuestra ropa
para que se secara, y no es que había llovido pero uno camina abrigado y
transpira por lo que la ropa llega bastante húmeda. Estábamos a casi 3000
metros de altura y para el momento que llegamos el frío se empezaba a sentir.
Nos dormimos cerca de las 8 de la noche (habíamos amanecido a las 5 y la
caminata nos pasaba factura).
Día 2. Amanecimos
a las 5 nuevamente. Tocaba ascender un poco más para ver el amanecer. El punto
en altura es el monte Poon Hill. Otra vez escaleras, y a las 5 de la mañana y
sin desayunar. La actividad allí es así, te levantas, dejas tus mochilas en el
hotel, ascendés al Poon Hill y a la vuelta te querés comer todo lo que tengan
para ofrecer como desayuno. Bien pensado no? La subida matinal costó bastante,
hacía mucho frío y el suelo Comenzó a estar congelado, lo que volvía super
patinoso. Nos llevó 1 hora ese ascenso asi que pasadas las 6 de la mañana
estábamos en Poon Hill, a 3200 metros de altura. No se si puedo explicar
demasiado lo que vimos, creo que las fotos hablan por sí solas. La imagen es
imponente, te da piel de gallina tener enfrente semejante belleza. Y con eso
coronamos un día de caminata intensa, más esa subida que nos terminó de
liquidar. La bajada fue más rápida y también más resbaladiza. Pero vino el
segundo premio, desayunar como reyes, con café con leche calentito, y unos panes
tibetanos con queso que estaban muy bien. Estábamos felices, habíamos llegado a
donde queríamos llegar y el paisaje fue inmejorable. Ese mismo día iniciamos el
descenso para dormir en un pueblo de la montaña y completar al otro día el
recorrido para volver a Pokhara.
Día 3. Después de
una noche menos fría, ya estábamos a
menos de 2000 metros, completamos la tercera parte del recorrido. Con mucho
dolor en las piernas como suma de los dos días anteriores. La subida es dura,
pero la bajada te castiga fuerte las rodillas. Cerca de las 4 de la tarde
estábamos nuevamente en Pokhara, con un objetivo cumplido bajo el brazo.
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Pokhara - Lago Phewa |
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Iniciamos el trekking - Frescos como lechugas! |
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Ghorepani |
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Poon Hill |
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Poon Hill |
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Pueblos en el camino del trekking |
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Pan tibetano con queso
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Boudha stupa - Kathmandú
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Boudha Stupa - Peregrinos |
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Los últimos días
los pasamos en Kathmandú comiendo momos tibetanos y Thukpa (una sopa con fideos
y verduras exquisita). Lo mejor de estos 15 días sin duda fueron los 3 que
pasamos en la montaña. Creo que es la mejor foto que Nepal tiene para mostrar.
Las consecuencias del terremoto están demasiado latentes aún y vuelven a la
ciudad un lugar sucio y abandonado. Pero vale destacar a su gente, como nos
viene pasando, los pueblos son tan amables, sonrientes, hospitalarios. Creemos
que será así en gran parte de Asia, y qué bueno porque uno logra sentirse
seguro y acompañado en cada lugar que visita.
El viaje pasa a
una segunda etapa, nos vamos al Sudeste Asiático. Empezamos en Thailandia para
seguir una ruta asiática más popular y turística. Nos encontramos por acá
pronto!
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