sábado, 13 de mayo de 2017

20 días por Vietnam

Otro clásico de un viaje por el sudeste asiático es Vietnam, nuestro paso por aquí fue de unos 20 días. Esperábamos que fuesen algunos más pero como descartamos algunos destinos se volvió más corto. Recorrer Vietnam lleva tiempo, los trayectos (como ya venimos acostumbrados) son largos y sobre todo LENTOS. Distancias de 900 km que nos llevaron 24 horas. Esta bien es lejos, pero 1 dia?!?! Too much.

Nuestra primera parada fue en la capital del norte, Hanoi. El país atravesó una de las guerras más duras hace no mucho tiempo, tan solo 40 años. Sin embargo las ciudades se levantaron y no hay vestigios de la destrucción que implicó el fuerte enfrentamiento entre el Norte comunista y el Sur “americano”. Los Estados Unidos en su lucha en contra del comunismo llegaron a este país asiático para unirse con una mitad de la población y luchar hasta la muerte con la otra. Esa otra mitad, comunista, estuvo encabezada durante gran parte del tiempo por Ho Chi Minh, quien fuera presidente de la República de Vietnam (la parte norte) pero por sobre todo un revolucionario enarbolando el comunismo. Luchó en la Guerra de Vietnam pero murió 6 años antes de que terminara, antes de poder ver que su gente había ganado y nacía la República Socialista de Vietnam, con un país unificado bajo un mismo poder político. Ho chi Minh es la cara de los billetes en Vietnam, Estatuas, calles, ciudades y un Mausoleo al fiel estilo socialista en donde yace su cuerpo totalmente vaciado pero intacto. Algo que él seguirá maldiciendo porque antes de morir pidió que lo incineraran sin embargo quienes asumieron el gobierno quisieron darle otro pasar. El Mausoleo se erije asi como el de Stalin en Moscú y para entrar a verlo es obligatorio despojarse de todo elemento tecnológico y guardar el más absoluto silencio, pasar caminando, no detenerse ni mirarlo demasiado y retirarse, acompañado en todo momento de los fieles militares que custodian el lugar. 

Calles de Hanói 
Hanói




De Vietnam visitamos en total 7 ciudades. En el norte Hanoi, Cat Ba desde donde navegamos para ver las montañas que nacen del agua, el famoso recorrido de Halong Bay. Pasamos por Ninh Binh a unos 80 km de Hanói donde podes recorrer en una balsa campos de arroz de un verde furioso y rodeado de montañas, la imagen es inigualable. Pasamos por el centro del país donde conocimos Hue, Danang y Hoi An, siendo esta última la más bonita de todas. Sus calles están adornadas de lamparas de colores, sus puentes iluminados, y sus hermosas playas la completan y la vuelven una excelente parada. Y luego nos movimos al sur para terminar en Ho Chi Minh City.


Monkey Island en Halong Bay

Bahía de Halong

Campos de arroz en Ninh Binh
Hoi An


Vietnam tiene la mejor fama entre los viajeros mochileros. “Lo mejor del sudeste”. Pero aquí va mi apreciación. Será que mi llegada a Tailandia (después de la inmensa India) fue cuasi milagrosa que nada, hasta ahora, logra convencerme más. Vietnam no es el país de la sonrisa eterna. Se muestran bastante reticentes a entrar en diálogo con nosotros, siendo muy parcos por momentos. Con excepción de los niños, ellos si saludan y saludan. Es una fiesta cuando te cruzas con nenes “Hello! Where are you from” chocamos los 5, sonrisas y más saludos. En varias ocasiones nos pidieron dialogar para practicar su inglés, del mismo modo adolescentes, que con un poco más de timidez también querían saber qué hacíamos en su país y qué nos parecía. Entendemos que en no muchos años será otro Vietnam. Las nuevas generaciones se abren al mundo, aprenden idiomas y adoptan formas culturales a veces muy diferentes a las propias. No así aquellos que sufrieron en carne propia la invasión del extranjero, en varias ocasiones. Y por supuesto que lo entendemos.

Después de praticar un poco d inglés con ellos se vino la foto!


Aquí como en Tailandia hay comidas que los locales repiten para el desayuno, almuerzo y cena. Se llama Phó es una sopa con fideos, una buena cantidad de hojas (lechuga y yerba buena) y bien condimentada, se le puede agregar pollo si pedimos PHÓ GÁ o carne que sería PHÓ BÓ. Y ahí nos quedamos esa es la base de su comida. Y nosotros al comer principalmente en lugares para locales nos quedamos en esas opciones también. Claro que buscando en otros sitios están siempre las clásicas hamburguesas de pollo, pizzas, pastas. Y por sobretodo el arroz en sus múltiples presentaciones, la estrella indiscutible de la gastronomía asiática. Pero el turismo internacional que reciben demanda variedad de comidas y ellos, por suerte, se adaptan, casi siempre, con éxito.


Plato vietnamita 

El trayecto de norte a sur fue siempre en bus. Los tickets para los trenes se agotan rápido y los vuelos, demasiado caros cuando se quiere sacar pasajes de un día para el otro. Son buses cama, con internet, y bastante cómodos, aunque para viajes de 24 horas no hay comodidad que valga. Nos tocó un viaje así para llegar a la ciudad capital en el sur del país, la ex Saigón hoy llamada Ho Chi Minh City. En total fueron casi 1000 kilómetros, en el medio un cambio de bus y espera de tres horas entre uno y otro, sumando sus reiteradas paradas para que los choferes coman sus platos de arroz, de sopa con fideos, y se fumen su puchito.
Las rutas están bastante bien y los caminos fueron muy verdes, por momentos con el mar de lado, también montañas y pueblos perdidos en el medio de la ruta. Fue largo y tedioso, pero tener internet en el bus ayuda además de que viajaban algunos españoles con los que charlamos un buen rato.

Ho chi Minh fue nuestra última parada en Vietnam y acá sí pudimos ver el mar de motos que sale en todas las fotos de este país. Realmente son  muchísimas, en todas las calles y veredas, ah si! Acá también andan por las veredas. El tránsito es un tema aparte por acá. A mi entender manejan a lo loco, pero así y todo la Panamericana porteña le gana con creces en accidentes viales. No hemos visto ningún accidente pero sí todo tipo de infracciones. Motos andando en avenidas en contramano, esquivando todo lo que venga de frente. Los semáforos, como en India, están de adorno, pasan igual tenga el color que tenga. Y los peatones igual, por lo tanto cruzar la calle es largarse a la aventura. En esa inmensidad de motos (es muy caro tener un auto acá asi que las familias enteras -4, 5 y hasta 6 personas viajan en una sola moto- es una locura. Para cruzar la calle y no “morir” en el intento tenés que caminar, mirando a los motociclistas como para hacer un contacto visual fugaz, pero sin frenar, ellos te esquivan. Al principio da miedo pero veníamos entrenados asi que no fue un problema.


Mausoleo de Ho Chi Minh en Hanói

No sufrimos un choque cultural como nos habían advertido. Es cierto que es diferente a Tailandia, pero supera en muchos aspectos a India, Nepal, Sri Lanka, que fue lo más duro del viaje. Especialmente por la infraestructura que ofrecen en hoteles gastronomía, comodidades. La relación calidad-precio es excelente y podes alojarte en habitaciones de primer nivel, con aire acondicionado, tv por satélite y desayuno por 12 dólares los dos. Hay más variedad de comida, no es un problema pedir que no sea picante y todo es agradable de ver, calles limpias, sin olores, sin vacas, sin demasiada contaminación. Ya vamos terminando con lo más duro del viaje, y fue bueno que sea el comienzo porque lo que queda por delante es todo realmente muy bueno. Nos vamos a Camboya sólo unos días para después volver a Tailandia, a Bangkok y a sus playas!



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