martes, 31 de octubre de 2017

Indonesia. La sonrisa eterna

Hace 1 día que nos fuimos de Indonesia, después de 1 mes de estar recorriendo principalmente sus fantásticas playas. Y pensar que casi suspendemos nuestra visita a este increíble país. Estando en Singapur, en donde estuvimos 1 semana luego de Hong Kong, surgió la noticia de la inminente erupción de un volcán en Bali. Las informaciones que se publicaban en la web o veíamos en la tele no eran alentadoras. Muchos viajeros estaban devolviendo sus pasajes y se decía que los aeropuertos estaban por cerrar. Entre el convencimiento de que sí vamos y cambiar esos días en Indonesia por Malasia o Filipinas, nos inclinamos, por suerte, por ir. No sólo que el volcán no erupcionó sino que pudimos verlo bastante de cerca y conocimos uno de nuestros destinos favoritos de Asia.

Puertas del cielo en el Templo hinduísta Lempuyang

Cultura y gastronomía

Llegamos a la capital de la isla de Bali, Denpasar. Y sin dudas lo primero que nos cautivó fue el recibimiento de la gente. Una sonrisa en cada esquina. Ellos se entregan y están ahí para servirte y hacerte sentir en casa. Bali es la isla más famosa para el turismo porque allí se concentra lo más colorido de su cultura, las mejores playas y es la mejor preparada para los viajeros. El resto de Indonesia es más auténtico, pero menos preparado para tener un viaje confortable. Está en el tipo de viaje que cada uno quiera hacer. Por nuestra parte queríamos cierta comodidad para descansar y disfrutar las playas por lo que nos movimos por Bali y sus alrededores.

Indonesia esta compuesta por 17000 islas y se extiende por la línea del Ecuador entre Malasia y Australia. Es un país con una diversidad alucinante. Debido a la cantidad de etnias en Indonesia se hablan 580 idiomas y dialectos aunque sólo 13 de ellos es hablado por más de 1 millón de personas. Tienen la gastronomía, a nuestro criterio, más rica del sudeste, con combinaciones agridulces, muchas salsas y abiertos también a combinarse con platos más occidentales lo que la vuelve por demás amigable.

Nasi Gorgeng - Arroz frito con vegetales

Ajam Satai - Pinchos de pollo en salsa de maní

Gado-Gado, nuestro favorito. Una ensalada con vegetales, tofu y tempe cubierta con salsa de maní

Ubud, el corazón de Bali


En la isla de Bali elegimos como punto para quedarnos varios días, Ubud. Está en el centro de la isla a unos 70 kilómetros del polémico volcán Agung y cerca de muchas plantaciones de arroz que se organizan en terrazas y que se han vuelto uno de los principales atractivos de la isla. De un verde brillante que te hipnotiza. Desde Ubud también se pueden ir a conocer los templos más populares. Hay que decir que en Indonesia un 85% de la población es musulmana, pero en Bali prima el Hunduísmo balinés. Con algunas diferencias respecto al hinduismo de la India pero igual de colorido y vistoso. Para recorrer todo esto lo mejor es alquilar una moto y perderse por los senderos isleños que siempre te van a llevar a una vista única. Ubud es maravilloso, una explosión de colores, de sabores, de cultura.

Templo del Loto en Ubud

Terrazas de arroz en Tegalalang, Bali









Templos Besakih y Lempuyang

En uno de nuestros paseos en moto decidimos acercarnos al Templo Madre de Besakih, el más sagrado de Bali, pero que debido al volcán estaba cerrado. El templo Besakih está a sólo 8 kilómetros del Agung por lo que al estar en zona peligrosa está restringido el acceso. Sin embargo no hay nada que te detenga a que te acerques al templo. Pudimos ver el cartel que indicaba que estábamos en una zona peligrosa pero así y todo llegamos el templo. La sorpresa fue que se podía entrar y que no había absolutamente nadie. Así que lo recorrimos unos minutos sacamos algunas fotos y seguimos viaje. Sabíamos que en cualquier momento podía acercarse alguien y echarnos de allí por lo que fue una visita bastante express y con mucha adrenalina. Desde allí nos dirigimos hasta otro de los templos emblema. El Lempuyang, que con sus puertas hacia el cielo es la foto obligada. Bellísimo también.


Advertencias camino al Templo Madre Besakih





Templo Madre Besakih 



Templo Lempuyang 




Las islas Nusa de Bali



Dejamos Ubud para adentrarnos en el capítulo playero de este viaje, uno más. Este muy especial porque era el último! Como parte de Bali están las Nusa. Estas son tres islas, siendo la mayor Nusa Penida, luego Nusa Lembongan y una tercera más pequeña Nusa Ceningan, unida con Lembongan por un puente peatonal. De estas tres elegimos Lembongan. Son islas salvajes, con escolleras imponentes y con un mar furioso que rompe contra las rocas y te muestra su fuerza con cada ola. Lejos de la masificación que era Ubud las Nusa se caracterizan por calles de tierra, pocas motos, muchos templos musulmanes, y playas silvestres sin demasiadas construcciones a su alrededor.  


Las salvajes costas de Nusa Lembongan 



Las islas Gili


Desde acá cruzamos el Mar de Bali para llegar a las Gili. Estas islas son las más famosas y también son tres. Cada una con su estilo y para cada gusto. Gili Trawangan es una isla con una activa vida nocturna. Sobe la línea del puerto comienzan los bares y la música alta. Más visitada por los que buscan diversión, playas y noche. En el medio está Gili Meno, donde los turistas se cuentan con los dedos de la mano, no sólo porque es chica, sino porque éramos pocos de verdad. Es la más tranquila de las tres, unos pocos hoteles y otro tanto de restaurantes. Bella por demás pero muy muy tranquila. Y en tercer lugar pero en el podio para nosotros está Gili Air. Un equilibrio entre las otros dos Gili, acá encontramos un lugar especial para descansar y disfrutar de las playas y de la gran pileta que tenía nuestro Hotel. Hasta acá las playas nos habían parecido preciosas, arenas blancas y un color en el agua de esos que se envidian en las fotos. Con la posibilidad de hacer snorkel y ver peces de todos los colores y tamaños. Y hasta la oportunidad bellísima de nadar al lado de una tortuga marina. Bendecidos de poder estar ahí.

Momento mágico en Gili Meno

Costa de Gili Trawangan


Aquí sólo hay bicis y caballos para trasladarse 
Atardecer en Gili Air con la vista del Volcán Agung al fondo




De paseo con la tortuga en Gili Air 


Kuta Lombok, la gran sorpresa



Y dije hasta acá porque en cuestión de playas y calidad del agua nos quedaba por conocer algo aún mejor. Las playas del sur de la Isla de Lombok que se ubica enfrente de Bali y por debajo de las Gili. Muchos dicen que Lombok es lo que hace 20 años era Bali, mucho menos desarrollada, a mi parecer muy pobre y con mínima inversión, algo que seguramente cambiará con la llegada del turismo. Porque si bien el turismo es cierto que modifica los lugares, a veces para mal, también trae mucho trabajo y dinero para su población. En Lombok la historia se veía muy diferente a Bali. Mucha pobreza, mucha gente pidiendo limosnas. Nosotros estuvimos en el sur, en Kuta Lombok, y ahí descubrimos unas playas de otro mundo. A nosotros nos gusta que la arena sea clara, que no esté sucia, que el mar sea de colores intensos y sin piedras ni corales para poder nadar y bañarse sin preocupaciones. Todo eso tienen las playas de Kuta Lombok. Y fueron las últimas a las que fuimos por lo que el recuerdo quedará intacto.

Kuta Lombok

Últimos mates!! 

Kuta Lombok


Y con esa vista nos fuimos, de fondo el volcán Ranjuni de Lombok


Indonesia nos sorprendió para bien, su gente feliz y sonriente, sus playas de otro mundo y su deliciosa comida en ese orden la defino como un paraíso de este sudeste asiático. Nos vamos para Bangkok, desde allí cerramos nuestro paso por el sudeste. Aunque el viaje no termina, sí termina el capítulo más inolvidable.

jueves, 12 de octubre de 2017

HONG KONG Lo tiene todo!

1 semana en Hong Kong


Hong Kong es una súper isla. Conformada por una península que se une al continente e integra la provincia china de Cantón y 236 islas, es actualmente el centro financiero más importante de Asia. Todo en Hong Kong se eleva y se multiplica. Las grandes empresas asiáticas operan en Hong Kong, desde alguna oficina en uno de sus más de 1200 rascacielos. Y si de números hablamos, 7 millones de personas habitan esta ciudad-país que hace poco dejó de ser colonia y que se presenta en los papeles como una región especial de China. Los edificios, como las personas, se multiplican en sus calles. Y recorrerla se vuelve una aventura tan estresante como adictiva.



Hong Kong. Fotos
Moderos y clásicos edificios de Hong Kong
Hong Kong arte callejero
Arte callejero



Caminando por Hong Kong



La bahía de Hong Kong: de las más bellas del mundo

Elegimos alojarnos en la isla de Hong Kong, frente a nosotros la península continental con su zona mas famosa conocida como Kowloon. En el mapa se pueden diferenciar cada una de estas zonas. En el medio la famosa bahía donde cada noche un juego de luces entretiene a los turistas. La bahía de Hong Kong es junto a la de Sidney y a la de Rio de Janeiro de las más bellas del mundo. Desde allí se pueden apreciar todos y cada uno de los rascacielos, pero por la noche aún más. Veleros, ferrys y pequeñas lanchas se pasean por la bahía y se precian de tener las mejores vistas de ese espectáculo lumínico. Pero la mejor vista la tuvimos nosotros. Y es que subiendo al Pico Victoria se puede “sobrevolar” a la bahía más bella, y llevarte en fotos el mejor recuerdo. Al pico Victoria se puede llegar en el tradicional tranvía, en bus o en taxi. Depende del tiempo que tengas y cuánto quieras gastar. Nosotros subimos en taxi y bajamos en bus. Las fotos hablan por si solas. Es la imagen por excelencia de Hong Kong.



Isla de Hong Kong y península de Kowloon unida al continente



Multiviviendas en Hong Kong
Pensar que en cada ventanita vive una familia..

Arquitectura moderna


Hong Kong desde el pico Victoria
Vista desde el Pico Victoria



Moverse, comer y relajarse en Hong Kong

Moverse por esta ciudad fue de las más simples que nos tocó en este largo viaje. Siempre está el metro que te facilita la vida, con sus redes entrelazadas para llegar a cualquier punto desde cualquier punto. Pero además constantemente se ven los buses al mejor estilo inglés, algo de herencia queda, con su doble piso serpenteando las angostas calles de la isla y cruzando de un lado a otro sin que te des cuenta. Todo en Hong Kong está en ingles, el chino tiene muy poca presencia, es muy fácil olvidarse que ese lugar hoy pertenece al gigante asiático. Para nosotros el hecho de venir de China y entrar a esta “Región especial” fue como pegar un salto a Londres por una semana. Si bien nos seguimos alimentando con sopas, porque la gastronomía sí es china, poder comunicarnos con todos en ingles, fue toda una salvación.


Buses doble piso en Hong Kong
Transporte público

Skyline Hong Kong
Vista nocturna del Skyline


Y así es que Hong Kong nos encajó perfecto. Muchos lo consideran un lugar caro de visitar. Les voy a decir que no es así. Sí es caro el hospedaje, y a lo que podemos acceder los que viajamos con presupuesto estándar, no superarán los 4 metros cuadrados. Pero comer y moverse es barato y las dos cosas de buena calidad. Pero para nuestra sorpresa el panorama mejoró más aún cuando descubrimos las playas del sur de la isla de Hong Kong. Todo un hallazgo. Con muy poca gente, mucha playa para desparramarse sin molestar ni ser molestado y el agua, limpia, fresca, ideal para nadar. Para el momento del viaje en el que estábamos fue toda una bendición asi que ahí pasamos los últimos dos días de la semana en Hong Kong.

En el sur de Hong Kong hermosas playas
Playa de Hong Kong

6 días en Hong Kong

El tiempo que le dedicamos estuvo acertado. La ciudad es intensa y si uno no va con mucho dinero como para estar horas haciendo compras y comer en los restaurantes más sofisticados (en uno de carne argentina, con flan con dulce de leche y crema de postre, como el que encontramos caminando por ahí pero que excedía nuestro presupuesto), 6 días es más que suficiente. Se puede caminar mucho por la ciudad, cruzar en ferry al otro lado, seguir caminando o relajarse una tarde en las playas. Es una ciudad muy completa que nos sorprendió y sin dudarlo volveríamos a ir. Pero la ruta nos llama otra vez, o mejor dicho el avión! Salimos rumbo a Singapur. Acá también por una semana para después desembarcar durante un mes en Indonesia.

Mochilera en Hong Kong
Seguimos viaje...



Vamos por los 10 meses de viaje. Y las ganas de ir volviendo a casa ya se sienten. Un viaje tan largo no sólo te llena el alma y te ilumina las ideas, también despierta nuevas pasiones y también cansa bastante. Es un moverse sin parar y planear lo que haremos hoy y mañana y después de mañana. Porque todos los días vivimos cosas nuevas y eso es increíble pero de eso también uno se cansa y extraña la monotonía y el saber que mañana todo va a seguir en en el mismo lugar que la noche anterior. Seguro al final del viaje escribiré más sobre que pasa después de un viaje así, o al menos qué me pasa a mí. Hoy sólo puedo decir que pensar en la vuelta me saca una gran sonrisa..

martes, 19 de septiembre de 2017

La Gran Muralla China

Me acuerdo que antes de comenzar el viaje muchos nos preguntaban y a dónde van a ir? “A la India, a Nepal, al Sudeste Asiático y quisiéramos llegar a Japón, a China, pero bueno veremos qué se puede hacer”, repetíamos a nuestra familia y amigos. Y lo hicimos. Pasamos dos meses en Japón y vamos cumpliendo el mes en China. “Yo quiero conocer la Muralla” decía. Casi en tono de chiste porque pensar en llegar hasta ahí era algo platónico. Desde la cama de casa todo parece muy lejos, inalcanzable. Pero cuando estás en ruta los destinos se vuelven demasiado cercanos, están todos ahí en la palma de tu mano. Y la Muralla fue otra de las lindas sorpresas de este viaje.


La Gran Muralla China

Aunque ya se ha comprobado que la Muralla no es visible desde la Luna como dijeran allá por 1983, sí les aseguro que es un espectáculo digno de ver, de recorrerla y de sentirse en un techo bien cerca del cielo. Porque aunque su altura no supere nunca los 7 metros, su valor simbólico hace que te sientas como tocando las nubes. Aunque para llegar hay que superar varios obstáculos. Viajar por China no es fácil. Y la principal causa es el idioma, acá no hablan ingles. Son muy pocas las personas que se animan a decirte algunas palabras. El resto de la gente prefiere ignorarte o echarte del local antes de someterse a un diálogo con vos, la timidez los supera. Por lo que te las tenés que arreglar solito, y si querés preguntar algo se los tenés que mostrar escrito en chino, entender la respuesta será cuestión de tus habilidades. Así y todo es posible llegar a la Muralla por tu cuenta como lo hicimos nosotros.

Existen varios puntos a los que se puede llegar para poner un pie en la Muralla. Algunos muy bien preservados y embellecidos para los turistas. Otros a punto de desaparecer y que hasta pueden resultar peligrosos ya que poco queda de la piedra caliza que compone la Muralla. Entre los sectores mejor preservados hay dos: Badaling y Mutianyu.

Badaling es el sector más turístico de la Muralla China. Es todo un espectáculo no sólo la Muralla sino la marea humana de chinos que inundan cada día el poco espacio por el que se puede caminar. Es la imagen típica que todos tenemos, con los banderines de colores y la tupida vegetación a cada lado de la franja de piedras.

Mutianyu también está bien preparado para los turistas sin embargo al estar un poco más alejado de la ciudad y con un poco menos de marketing se ha vuelto un sector ideal para los que queremos una foto de la muralla y no de los turistas chinos. A este sector fuimos nosotros y no nos decepcionó.

Mutianyu, la mejor opción para ver La Muralla China


Este punto de la Muralla se encuentra a unos 80 kilómetros del centro de la ciudad. Se puede llegar fácilmente en transporte público, el viaje dura unos 90 minutos. Al llegar se ve todo un centro montado para recibir a los turistas, la oficina para comprar los tickets y negocios de lo que quieras. Puestos de comida, restaurantes y pequeñas tiendas para que encuentres el recuerdito que desees, ellos lo tienen todo! Mutianyu tiene una particularidad, para subir hay tres opciones: en teleférico, por escalera o en telesilla con los piecitos colgando. Para bajar, se pone mejor, porque tenes la opción de hacerlo a toda velocidad deslizándote por un tobogán. Sí claro, elegimos esta opción y fue lo más divertido de la jornada.

Contando sus ramificaciones y construcciones secundarias la Muralla consta de unos 7000km. de longitud aunque hoy sólo se conserva un 30% de la misma. Su altura promedio es de entre 6 y 7 metros y tiene un ancho de 4-5 metros. Desde el año 2007 la Muralla es una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo.

La Muralla es impresionante, creo que todos los viajeros nos imaginamos algún día llegar ahí y caminar dentro de ese sendero amurallado. Fue construida entre los siglos V a.C y el siglo XVI para proteger al imperio chino de sucesivos ataques por parte de las dinastías imperiales provenientes de Mongolia principalmente. Mongolia, que hoy se reduce a un país pequeño encerrado entre estos monstruos y con una historia casi desconocida supo ser grande y muy temido por China, por Rusia, por Japón. Poco queda de esos líderes mongoles. Un país al que esperamos poder viajar.   Pero volviendo a la Muralla les dejo estas fotos para que paseen por ella…

La gran Muralla y sus torres vigías


 
Telesilla y Tobogan para subir y bajar la Muralla

Primeros pasos en la Muralla 




Lo hicimos!



Pekin, capital de una gran potencia


En Pekin nos alojamos en una casa de familia, que con un departamento bastante amplio decidieron poner en alquiler una de sus habitaciones para turistas extranjeros. Un matrimonio joven recientemente casado, con un niño de 1 año y medio y una señora que se encargaba de cuidarlo. La pareja trabaja por lo que además de la señora que cuida al niño cada tarde aparecían los padres que comían y conversaban y pasaban las horas en el living de la casa de sus hijos. Los chinos, como los indios, se mueven en grupo siempre están en familia. Varias veces nos convidaron con algo con de lo que comían, aunque no se entusiasmen no pasó de un poco de arroz o fideos.

Desde nuestra habitación en esa casa de chinos salíamos cada día para tomar el metro y llegar al centro de la ciudad en unos 40 minutos. Pekín es la capital de China, todos sus edificios gubernamentales están ahí. La Ciudad Prohibida también está allí y domina por completo la escena principal de la ciudad. Llamada así por haber permanecido durante las dinastías Ming y Qing cerrada por completo a los ciudadanos. Sólo podían ingresar el Rey, su familia y sus súbditos. Así lo fue desde el fin de su construcción en el año 1420 y durante casi 500 años por lo que hoy los chinos disfrutan mucho de poder caminar por sus jardines y el Museo del Palacio para tomarse fotografías.

Frente a la Ciudad Prohibida está la Plaza Tiananmén. Un lugar icónico en la historia CHINA, aunque por razones poco amigables. En esa plaza se cometió uno de las mayores masacres a estudiantes.

En 1989 miles de estudiantes universitarios chinos se manifestaron en la plaza de Tiananmén para reclamar mejoras educativas. Famosa es la imagen de una joven que se para enfrente de un tanque de guerra para cerrarle el paso. La manifestación duró poco más de 1 mes y 3000 estudiantes fueron asesinados. Lo más triste es que nada se habla de ese suceso, por lo que en 1 o dos generaciones la Masacre de Tiananmén será olvidada por completo en su país. El Gobierno chino prohíbe cualquier manifestación pública al respecto, y eso atañe también al mundo digital, términos que contraríen al Gobierno son vedados mediante un estricto control sobre las redes en China.

Google, Facebook, You Tube son sitios que casi no reprimen los contenidos que publican los usuarios por lo que China ha decidido bloquearlos en su país para evitar contratiempos. Como turistas podemos hacer uso de redes alternativas que te conectan desde otro país para poder acceder a todos los sitios (VPN). Pero para los ciudadanos chinos la mejor opción es optar por redes sociales locales a pesar de estar siendo fielmente controlados por las autoridades. En China existen decenas de redes sociales de las cuales nosotros no tenemos idea, tampoco hay demasiado interés por mostrarlas ya que están íntegramente en chino. Pero lo cierto es acá son un éxito total, los chinos están hiperconectados todo el tiempo.


En los alrededores de está mítica plaza y su Ciudad Prohibida hay algunas calles comerciales. Acá también están presentes las grandes marcas. Evidentemente a los chinos les gusta el lujo porque en una misma cuadra podemos ver a Prada, Dolce & Gabanna, Rolex, Louis Vuitton, por nombrar algunas. Realmente te deja boquiabierto ver tanto brillo en las vidrieras en un país comunista. Pero así es el mix del siglo XXI. No por nada son la potencia que son. Como contrapuesta a esas veredas de brillos están los edificios gubernamentales y bancos locales e internacionales. Con sus fachadas grises, totalmente limpias de todo decorado, le dan a la capital un aire casi deprimente. Vestigios de la principal ciudad de un país socialista pero que hoy ha virado hacia una versión mejorada y adaptada a los tiempos que corren.

Plaza de Tiananmén

Imagen de estudiante intentando frenar los tanques

Ingreso a la Ciudad Prohibida y al Museo del Palacio


Calles comerciales en Pekin



En China recorrimos 5 ciudades. Luego de Pekin viajamos a Xi´an, la ciudad que alberga una de los hallazgos arqueológicos más interesantes de Asia, como son Los Guerreros de Terracota. Subimos hacia las montañas para conocer la capital de la provincia de Gansu, la ciudad de Lanzhou. Nos sorprendió para bien, con una identidad muy propia, tradicional, gente amable y buena comida (lo cual está relacionado directamente con lo de gente amable porque significa que le pusieron onda para que nos entendamos!) Luego de Lanzhou dormimos en un tren y por 20 horas viajamos por el territorio chino para llegar a otra de las grandes ciudades, Chengdu, capital de la Región de Sichuán. Desde acá volaremos a Hong Kong, nuestro próximo destino.


China nos costó. El idioma, la timidez de su gente, la comida. Todo se tornó difícil pero podemos decir que superamos la prueba porque ya a un día de irnos nos logramos acomodar. Sabiendo pedir algunos platos y usando algunas palabras en chino para sacarle una sonrisa a esos vendedores tímidos que nos miran con desconfianza. Muchos chinos jamás salieron de su país, ni planean hacerlo por lo que el contacto con el extranjero para ellos es extraño y no lo saben resolver bien, la mayoría de ellos. Ojalá tuviesen más oportunidades de viajar y de encontrarse con otras versiones de comportarse y de pensar, muy diferente a la que están acostumbrados. Porque viajar te da esa oportunidad de saber más de otras culturas pero aún más de conocer la tuya. Sólo en los contrastes uno se vuelve capaz de reconocerse.