martes, 19 de septiembre de 2017

La Gran Muralla China

Me acuerdo que antes de comenzar el viaje muchos nos preguntaban y a dónde van a ir? “A la India, a Nepal, al Sudeste Asiático y quisiéramos llegar a Japón, a China, pero bueno veremos qué se puede hacer”, repetíamos a nuestra familia y amigos. Y lo hicimos. Pasamos dos meses en Japón y vamos cumpliendo el mes en China. “Yo quiero conocer la Muralla” decía. Casi en tono de chiste porque pensar en llegar hasta ahí era algo platónico. Desde la cama de casa todo parece muy lejos, inalcanzable. Pero cuando estás en ruta los destinos se vuelven demasiado cercanos, están todos ahí en la palma de tu mano. Y la Muralla fue otra de las lindas sorpresas de este viaje.


La Gran Muralla China

Aunque ya se ha comprobado que la Muralla no es visible desde la Luna como dijeran allá por 1983, sí les aseguro que es un espectáculo digno de ver, de recorrerla y de sentirse en un techo bien cerca del cielo. Porque aunque su altura no supere nunca los 7 metros, su valor simbólico hace que te sientas como tocando las nubes. Aunque para llegar hay que superar varios obstáculos. Viajar por China no es fácil. Y la principal causa es el idioma, acá no hablan ingles. Son muy pocas las personas que se animan a decirte algunas palabras. El resto de la gente prefiere ignorarte o echarte del local antes de someterse a un diálogo con vos, la timidez los supera. Por lo que te las tenés que arreglar solito, y si querés preguntar algo se los tenés que mostrar escrito en chino, entender la respuesta será cuestión de tus habilidades. Así y todo es posible llegar a la Muralla por tu cuenta como lo hicimos nosotros.

Existen varios puntos a los que se puede llegar para poner un pie en la Muralla. Algunos muy bien preservados y embellecidos para los turistas. Otros a punto de desaparecer y que hasta pueden resultar peligrosos ya que poco queda de la piedra caliza que compone la Muralla. Entre los sectores mejor preservados hay dos: Badaling y Mutianyu.

Badaling es el sector más turístico de la Muralla China. Es todo un espectáculo no sólo la Muralla sino la marea humana de chinos que inundan cada día el poco espacio por el que se puede caminar. Es la imagen típica que todos tenemos, con los banderines de colores y la tupida vegetación a cada lado de la franja de piedras.

Mutianyu también está bien preparado para los turistas sin embargo al estar un poco más alejado de la ciudad y con un poco menos de marketing se ha vuelto un sector ideal para los que queremos una foto de la muralla y no de los turistas chinos. A este sector fuimos nosotros y no nos decepcionó.

Mutianyu, la mejor opción para ver La Muralla China


Este punto de la Muralla se encuentra a unos 80 kilómetros del centro de la ciudad. Se puede llegar fácilmente en transporte público, el viaje dura unos 90 minutos. Al llegar se ve todo un centro montado para recibir a los turistas, la oficina para comprar los tickets y negocios de lo que quieras. Puestos de comida, restaurantes y pequeñas tiendas para que encuentres el recuerdito que desees, ellos lo tienen todo! Mutianyu tiene una particularidad, para subir hay tres opciones: en teleférico, por escalera o en telesilla con los piecitos colgando. Para bajar, se pone mejor, porque tenes la opción de hacerlo a toda velocidad deslizándote por un tobogán. Sí claro, elegimos esta opción y fue lo más divertido de la jornada.

Contando sus ramificaciones y construcciones secundarias la Muralla consta de unos 7000km. de longitud aunque hoy sólo se conserva un 30% de la misma. Su altura promedio es de entre 6 y 7 metros y tiene un ancho de 4-5 metros. Desde el año 2007 la Muralla es una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo.

La Muralla es impresionante, creo que todos los viajeros nos imaginamos algún día llegar ahí y caminar dentro de ese sendero amurallado. Fue construida entre los siglos V a.C y el siglo XVI para proteger al imperio chino de sucesivos ataques por parte de las dinastías imperiales provenientes de Mongolia principalmente. Mongolia, que hoy se reduce a un país pequeño encerrado entre estos monstruos y con una historia casi desconocida supo ser grande y muy temido por China, por Rusia, por Japón. Poco queda de esos líderes mongoles. Un país al que esperamos poder viajar.   Pero volviendo a la Muralla les dejo estas fotos para que paseen por ella…

La gran Muralla y sus torres vigías


 
Telesilla y Tobogan para subir y bajar la Muralla

Primeros pasos en la Muralla 




Lo hicimos!



Pekin, capital de una gran potencia


En Pekin nos alojamos en una casa de familia, que con un departamento bastante amplio decidieron poner en alquiler una de sus habitaciones para turistas extranjeros. Un matrimonio joven recientemente casado, con un niño de 1 año y medio y una señora que se encargaba de cuidarlo. La pareja trabaja por lo que además de la señora que cuida al niño cada tarde aparecían los padres que comían y conversaban y pasaban las horas en el living de la casa de sus hijos. Los chinos, como los indios, se mueven en grupo siempre están en familia. Varias veces nos convidaron con algo con de lo que comían, aunque no se entusiasmen no pasó de un poco de arroz o fideos.

Desde nuestra habitación en esa casa de chinos salíamos cada día para tomar el metro y llegar al centro de la ciudad en unos 40 minutos. Pekín es la capital de China, todos sus edificios gubernamentales están ahí. La Ciudad Prohibida también está allí y domina por completo la escena principal de la ciudad. Llamada así por haber permanecido durante las dinastías Ming y Qing cerrada por completo a los ciudadanos. Sólo podían ingresar el Rey, su familia y sus súbditos. Así lo fue desde el fin de su construcción en el año 1420 y durante casi 500 años por lo que hoy los chinos disfrutan mucho de poder caminar por sus jardines y el Museo del Palacio para tomarse fotografías.

Frente a la Ciudad Prohibida está la Plaza Tiananmén. Un lugar icónico en la historia CHINA, aunque por razones poco amigables. En esa plaza se cometió uno de las mayores masacres a estudiantes.

En 1989 miles de estudiantes universitarios chinos se manifestaron en la plaza de Tiananmén para reclamar mejoras educativas. Famosa es la imagen de una joven que se para enfrente de un tanque de guerra para cerrarle el paso. La manifestación duró poco más de 1 mes y 3000 estudiantes fueron asesinados. Lo más triste es que nada se habla de ese suceso, por lo que en 1 o dos generaciones la Masacre de Tiananmén será olvidada por completo en su país. El Gobierno chino prohíbe cualquier manifestación pública al respecto, y eso atañe también al mundo digital, términos que contraríen al Gobierno son vedados mediante un estricto control sobre las redes en China.

Google, Facebook, You Tube son sitios que casi no reprimen los contenidos que publican los usuarios por lo que China ha decidido bloquearlos en su país para evitar contratiempos. Como turistas podemos hacer uso de redes alternativas que te conectan desde otro país para poder acceder a todos los sitios (VPN). Pero para los ciudadanos chinos la mejor opción es optar por redes sociales locales a pesar de estar siendo fielmente controlados por las autoridades. En China existen decenas de redes sociales de las cuales nosotros no tenemos idea, tampoco hay demasiado interés por mostrarlas ya que están íntegramente en chino. Pero lo cierto es acá son un éxito total, los chinos están hiperconectados todo el tiempo.


En los alrededores de está mítica plaza y su Ciudad Prohibida hay algunas calles comerciales. Acá también están presentes las grandes marcas. Evidentemente a los chinos les gusta el lujo porque en una misma cuadra podemos ver a Prada, Dolce & Gabanna, Rolex, Louis Vuitton, por nombrar algunas. Realmente te deja boquiabierto ver tanto brillo en las vidrieras en un país comunista. Pero así es el mix del siglo XXI. No por nada son la potencia que son. Como contrapuesta a esas veredas de brillos están los edificios gubernamentales y bancos locales e internacionales. Con sus fachadas grises, totalmente limpias de todo decorado, le dan a la capital un aire casi deprimente. Vestigios de la principal ciudad de un país socialista pero que hoy ha virado hacia una versión mejorada y adaptada a los tiempos que corren.

Plaza de Tiananmén

Imagen de estudiante intentando frenar los tanques

Ingreso a la Ciudad Prohibida y al Museo del Palacio


Calles comerciales en Pekin



En China recorrimos 5 ciudades. Luego de Pekin viajamos a Xi´an, la ciudad que alberga una de los hallazgos arqueológicos más interesantes de Asia, como son Los Guerreros de Terracota. Subimos hacia las montañas para conocer la capital de la provincia de Gansu, la ciudad de Lanzhou. Nos sorprendió para bien, con una identidad muy propia, tradicional, gente amable y buena comida (lo cual está relacionado directamente con lo de gente amable porque significa que le pusieron onda para que nos entendamos!) Luego de Lanzhou dormimos en un tren y por 20 horas viajamos por el territorio chino para llegar a otra de las grandes ciudades, Chengdu, capital de la Región de Sichuán. Desde acá volaremos a Hong Kong, nuestro próximo destino.


China nos costó. El idioma, la timidez de su gente, la comida. Todo se tornó difícil pero podemos decir que superamos la prueba porque ya a un día de irnos nos logramos acomodar. Sabiendo pedir algunos platos y usando algunas palabras en chino para sacarle una sonrisa a esos vendedores tímidos que nos miran con desconfianza. Muchos chinos jamás salieron de su país, ni planean hacerlo por lo que el contacto con el extranjero para ellos es extraño y no lo saben resolver bien, la mayoría de ellos. Ojalá tuviesen más oportunidades de viajar y de encontrarse con otras versiones de comportarse y de pensar, muy diferente a la que están acostumbrados. Porque viajar te da esa oportunidad de saber más de otras culturas pero aún más de conocer la tuya. Sólo en los contrastes uno se vuelve capaz de reconocerse.

viernes, 1 de septiembre de 2017

SHANGHAI. El permitido chino


24 Millones

El viaje pasa tan rápido como el paisaje que veo en este momento por la ventana. Vamos en viaje desde Shanghai a Beijing en uno de los tantos tren bala con los que cuenta China. 1400 km. en poco más de 4 horas. Inaugurado en el 2008, el tren bala de China se convirtió en la red más amplia del mundo en cuanto a trenes de alta velocidad. Tan rápido va todo que ya dejamos atrás Shanghai y nos cuesta creerlo. Una ciudad con 24 millones de habitantes, con los rascacielos más altos de China, con el skyline más bello y futurista que hayamos visto y con el consumismo como su principal cara, en un país socialista, Shanghai es la gran excepción.

La Perla del Asiatico en Shanghai desde la calle Nanjing
Al fondo, la Perla de Oriente. 


Viajando en el metro de Shanghai con mucha gente
Eternos viajes en metro


Metro de Shanghai con mucha gente




Me van a decir, pero si en Tokyo eran más! Si pero a diferencia de los japoneses que circulan y viajan con el único objetivo de llegar a sus oficinas y por la tarde/noche para volver a casa y esperar adentro la próxima jornada, los chinos viven la calle. Más cerca de los indios, en China la calle se vuelve una extensión de la casa. Una comida en una mesa armada en la vereda, una clase de gimnasia en la esquina del barrio, el lavarropas que funciona justo en la entrada de la casa o bien descansando en una reposera viendo pasar a los transeúntes. Dicho esto quiero que se imaginen cómo pueden ser las calles con tantos millones circulando a diario. Y un escenario peculiar de ese panorama son los subtes. La línea de subterráneos de Shanghai es inmensa, cubre 588 kilómetros con sus 14 líneas y sus 364 estaciones. Sin embargo es muy fácil entenderlas. Por lo menos para nosotros fue simple, o será que ya aprendimos demasiado a movernos en grandes ciudades? J Las estaciones de metro en Shanghai son sobre todo GRANDES. Grandes pasillos, grandes plataformas, todo es amplio y espacioso. Todo armado y pensado para albergar un gran caudal de gente. De un estilo muy minimalista sin nada que entorpezca el paso más que unas barreras de hierro que te indican para que lado moverte, vos y la masa, para combinar con otra línea y encontrar la salida. Mientras en Japón se esfuerzan por ni si quiera rozarte el brazo, acá pasamos al lado opuesto de un soplido. Empujones, celulares que suenan constantemente y gente hablando muy fuerte, así transcurren los paseos en subte en china.




El cambio viniendo de Japón fue muy notorio. Un poquito más cerca de lo que somos nosotros, en cuanto a empujones y ruidos, pero con el plus de la cantidad de gente. Les aseguro es muy apabullante la cantidad que son.
          

Una peluqueria en las calles de Shanghai
La peluquería en la vereda

Chinos sacándonos fotos en el Bund de Shanghai
Paparazzis sacándonos fotos!

Nosotros en el Bun de Shanghai
Esta foto nos la mandó uno de los fotógrafos chinos. Para nosotros era muy graciosa la situación. 


Caminando la gran ciudad 

Pero no le tenemos miedo a la masa y cada día salimos a caminar un espacio diferente de la ciudad. Aunque casi siempre cerramos la jornada en la joyita de Shanghai, el Bund de un lado y Pudong del otro. A un lado y al otro del río HuangPu se levantan orillas muy diferentes y bellas las dos. Cada una con un estilo muy particular. El Bund es la parte antigua, con edificios neoclásicos, de herencia inglesa y francesa. Allí están la Aduana y los principales bancos de China. Y cruzando el HuangPu que se puede hacer en ferry por unos 20 céntimos de dólar, está Pudong y sus altas cumbres. La Perla del Oriente, la torre Jin Mao, el World Financial Center. Construcciones de lo más futurista que haya visto antes. Una muestra del poderío chino, en la ciudad que se volvió el centro financiero más importante del país. Y es que tener enfrente semejante espectáculo, y superada la admiración por tanta belleza arquitectónica, te queda un sentimiento: estos chinos la tienen atada!

El Bund de Shanghai en la costa del rio HuangPu

El Bund de Shanghai. Edificio de la Aduana

Vista del skyline de Shanghai desde el Bund


Fuera de esa costa maravillosa no queda demasiado por ver en Shanghai. Poco tiene de tradicional, con tres templos para visitar, mercados, jardines, una gran peatonal con carteles de neón y muchos, muchos shoppings. Todas las marcas internacionales están en Shanghai. Cuesta ver a Shanghai como parte de un país comunista, digamos que es su permitido, porque acá el consumo es el mejor amigo de los chinos. Caminamos por barrios como Xintiandi y Tianzifang en donde se puede ver gente con un nivel económico más alto, y sólo ese tipo de gente. Ambos barrios, separados por una pocas cuadras son parte de la concesión francesa en la ciudad. Arquitectura muy occidental y marcas reconocidas hacen de estos barrios un espacio con una atmósfera muy peculiar en medio de la gran urbe china. Mientras que en zonas como la peatonal Nanjing, el ambiente es mucho más popular. También repleta de gente, pero con un estado más descontracturado y sin tanta tendencia a la vista, ahí cada uno va como quiere, vale la panza al aire y hasta pasear en pijamas, algo muy común en los chinos. Entre estas dos zonas es muy notoria la diferencia, parece que cada ciudadano tiene su espacio para caminar y disfrutar del paseo a su manera, pero sin mezclarse con otros estilos o con otras clases. Cada cual tiene su tipo de paseos, sus tiendas y hasta sus comidas. Mientras que en Xintiandi los restaurantes ofrecen menús internacionales, sushi, pastas, pizzas, en Nanjing se ofrecen grandes platos de sopas con fideos y carne, noodles, o dumblings (una especie de raviol con diferentes tipos de relleno).


Nanjing. Peatonal de Shanghai
Nanjing

Vista de la peatonal Nanjing de Shanghai
Peatonal Nanjing

Barrio Xintiandi concesion francesa en Shanghai
Xintiandi


Otro paseo con un tinte más tradicional es el Mercado y el Jardín Yuyuan, un paseo obligado en la ciudad, pero tan desbordado de turismo local que uno quiere salir corriendo. Y es que China no precisa del turismo internacional para impulsar su economía. Para nada. Los chinos viajan tanto por su país que vayas donde vayas ellos serán mayoría. Moviéndose en grandes grupos y arrasando con todo a su paso con tal de seguir al que lleva el banderín al frente. Ya sabrán de lo que hablo, porque todos los padecimos en algún viaje!


Yuyuan market en el centro de Shanghai



Yuyuan Market en Shanghai


VEO VEO

De a poco vamos observando a los chinos y ellos a nosotros. Tienen tanta curiosidad por el extranjero. Algo similar nos pasaba en India, donde nosotros éramos la cara nueva y ellos nos miraban sin reparar en que podían incomodarnos. Mientras los indios nos miraban desde una distancia prudente, nos estudiaban, los chinos son un poco más confianzudos. Ellos se acercan, se sientan a tu lado, te sacan muchas fotos, quieren llevarse el recuerdo de nuestra cara vaya a saber a donde. Nos pasó que paseando por el Bund un grupo de señores mayores con sus cámaras profesionales comenzaron a sacarnos fotos. Primero pensé que le sacaban a alguien detrás mío, pero no, ahí estaban captando el momento en que se cruzaron con dos extranjeros de un país que no conocen ni se animan a pronunciar. Tengo que decirles que los chinos no conocen Argentina. Nadie de todos los que nos preguntaron entendieron de qué país le hablábamos. Fuerte. Los chinos no saben que existimos! Pero su impertinencia también se vuelve tierna porque siempre están con una sonrisa y se muestran felices de haberse cruzado con nosotros, que les devolvemos ese mismo afecto por hacernos sentir especiales por un ratito. 


Y observarlos a ellos es nuestro desafío, porque con este país también somos muy diferentes y hay costumbres que uno interpreta mal, que considera una falta de respeto, como estar viajando en el metro y que el señor de al lado escupa en el piso del tren del modo más asqueroso que hayas visto. Nadie presta atención ni hace gestos de desaprobación, cuando para nosotros fue lo más ordinario que podría haber hecho. Pero ahí estamos compartiendo el vagón con él y con tantos otros que consideran que eso está bien entonces habrá que verlo así y aceptar. Entre tanta gente a tu alrededor se vuelven muy tolerantes y pacientes tanto que dejan de ver, de escuchar y de sentir un empujón que los saque de su camino. Siguen andando, acá no pasó nada. 


Tren bala desde Shanghai a Beijing
Tren bala que tomamos para ir de Shanghai a Pekin

De Shanghai nos movemos a la capital, Beijing o Pekin como prefieran. La ciudad de la Gran Muralla, de la Ciudad Prohibida, de la plaza Tian´anmen, mucha historia y grandes íconos por conocer. Nos encontramos por acá en unos días! Gracias por leer!