domingo, 28 de mayo de 2017

De viaje por Camboya, el país de los templos milenarios

En nuestro itinerario por el sudeste asiático decidimos incluir Camboya. Mientras que dejamos de lado Birmania y Laos. Camboya nos atraía por una única cosa: Angkor. Se trata de una ciudad milenaria conformada por decenas de templos hinduístas que cuenta la historia de los antepasados camboyanos. Un pueblo que abandonó sus tierras por razones que aún se desconocen y que han dejado lo que hoy le da valor y renombre a Camboya. Hasta el punto de que la imagen de Angkor está en la bandera nacional, en sus billetes, y en donde quiera que te dignes a estar en ese país. Angkor es sin duda su caballito de batalla.
Para eso tenes que desembolsar una buena cantidad de dólares. Una visa de entrada al país de 30 dólares por persona y 37 dólares más para entrar a Angkor (ticket para 1 día), a lo que le sumamos también un medio de transporte. Las ruinas están en un predio inmenso que se puede recorrer en 1 día (circuito chico) o en 2/3 días (circuito grande), para lo cuál habrá que elegir si uno lo quiere hacer en bicicleta (con 40 grados de temperatura), en moto, en tuk tuk, en auto o si se quiere en combis compartidas.  Nuestra elección fue la moto, por 10 dólares pudimos cerrar el paquete que nos llevó a conocer Angkor.

Pero no todo es templos en Camboya claro. Sus principales ciudades son Phom Phen, ciudad capital y Siem Reap, ciudad de Angkor. En estos dos lugares pasamos los diez dias que le dedicamos al país, quizás hubiéramos bajado a ver las playas camboyanas del sur, pero nos corría el tiempo con el deseo de pasar el cumple de Diego en Bangkok.

Camboya es un país sobretodo humilde. Tan sólo pasar la frontera que la separa de Vietnam, por la cual cruzamos caminando, los rostros cambian completamente. Desaparecen los ojos alargados y la tez blanca de su gente para pasar a ser todos más morenos, casi un estilo africano, descendencia de tribus quizás y rostros especialmente más sufridos a mi parecer. En algún punto nos hizo acordar a la India. Ni cerca están sus calles de la suciedad que había en India, pero esa atmósfera de gente que la pasó y la sigue pasando mal se asemejaba.

Camboya es un país muy religioso, en su mayoría budista. Y esto también marcó el gran contraste con su vecina comunista en la que habían desparecido los templos. En este punto estábamos más cerca de Tailandia, esos templos budistas con puntas tan artísticas y que tanto nos llaman la atención. Su exterior siempre es fantástico, combinaciones de colores únicas y estructuras como salidas de un cuento. Por dentro todos son iguales, la imagen de un Buda en diferentes tamaños, a veces blanco otras dorado, sentado el final del templo y observándolo todo, y siendo también observado por todos. Habíamos estado 20 días sin presencia de religión y el dia que llegamos nos sorprendió una ceremonia en pleno centro de la ciudad, donde todos dejaban sus ofrendas al Buda con mucha devoción y respeto.

Noche de rezos en Phom Phen

La capital de Camboya no nos conmovió demasiado, pero sí su historia. En Phom Phen se puede visitar un museo donde gracias a una Audioguía uno puede volverse parte de la historia de Camboya. El recorrido es por los patios y las aulas de lo que fuese una escuela. Luego convertido en centro de tortura. Camboya sufrió un genocidio hace 40 años del que muy pocos saben y que sin duda merece unas líneas.
Los responsables de la masacre fueron los Jemeres Rojos, se trató de un grupo guerrillero que ya finalizada la guerra de Vietnam (en la que participó Estados Unidos) y derrocado el General Lon Noi (la dictadura que regía en el país desde 1970) asumió el poder liderado pro el extremist Pol Pot. El 17 de abril de 1975 tomaron el poder y fundaron la Kampuchea democrática, un sistema de Gobierno dominado por el autoritarismo y regido únicamente por las ideas de su lider Pol Pot o como ellos lo llamaban, Angkar (nombre dado por la fascinación de Pot hacia los templos de Angkor). Los ideales comunistas de este personaje se basaban en empezar desde cero a fundar el país (que ya contaba con casi 20 millones de habitantes, entre ellos miles de profesionales eintelectuales. Pero Pol Pot quería refundar la nación y volverla radicalmente agraria. Así fue que a las tres horas de haber asumido, tres horas en las que el pueblo entero festejó el final de la dictadura de Lon Noi, también de la guerra de Vietnam que mucho los afectó y el aparente comienzo de una etapa de gloria para el país, las familias camboyanas fueron obligadas a abandonar sus casas siendo trasladadas al campo. La excusa era que regía una fuerte amenaza de ser atacados nuevamente por los americanos del norte y por eso debían ocultarse en los campos para salvar sus vidas. Nada era cierto. Las miles de familias que fueron enviadas a los campos fueron obligadas a trabajar en tareas rurales de las cuales no tenían idea como llevarlas a cabo, su obligación era cosechar unas 3 toneladas de arroz diario, pero los campos estaban semi inundados y sumado a la poca experiencia de los nuevos “trabajadores rurales” estaba el factor de que eran demasiadas personas para cumplir con las tareas. Todo era una locura.

Pero se empieza a poner peor. Las ciudades quedaron compleamente vacias y Pol Pot comenzaba a poner en marcha su plan de borrar al enemigo del mapa. El enemigo era todo aquel que contara con algun grado de estudio, de inteligencia que se jactara de saber algo más que cosechar arroz. A toda persona con esa característica la mató. Intelectuales que trabajaban en el exterior eran obligados a volver a su país con la excusa de que debían alistarse para luchar contra los invasores que estaban al caer, pero cuando regresaban a Camboya eran asesinados. Si, asi de crudo y así de real. Familias enteras eran asesinadas si tan solo un integrante mostraba cierto nivel de estudio. Todos pasaban por centros de tortura e interrogatorios en donde se les exigía que dieran a conocer datos, nombres, de quién?.. solo Pol Pot lo sabía. No había enemigo, no habia qué confesar, pero el silencio de los interrogados era suficiente para ser asesinados. Enviados a campos de exterminio, asesinados en masa y enterrados en fosas comunes. En tan solo tres años Pol Pot terminó con el 25% de la población total camboyana. La historia es tan fascinante como aterradora. Pueden buscar un poco más de información en internet si les interesa, hay decenas de películas y documentales que cuentan muy bien lo que pasó. A mi me estremeció por completo y mi mirada sobre Camboya cambió desde ese momento.

Templos en la capital camboyana
Esa fruta rara está por todo Asia, se llama Durian, es muy cara y dulzona pero tiene un olor espantoso

Mercado Central de Phom Phen

Aulas convertidas en Celdas en la época de la Kampuchea Democrática


Museo S21


Dejamos atrás Phom Phen para viajar en bus hasta la ciudad de las ruinas de Angkor, Siem Reap. Y es que acá todo pasa por Angkor, que mucho para decir no tiene sino más bien para mostrar. Se trata de decenas de templos hinduistas entre los que se destaca Angkor Wat. Este es el templo más grande y mejor conservado de todos, es el que aparece en todas las fotos y hasta en la bandera nacional. Angkor Wat está considerado como la mayor estructura religiosa jamás construida y uno de los tesoros arqueológicos más importantes del mundo. Los templos son bellisimos, de otro planeta. Caminar por ahi es estar en una película de hecho fue ahí donde se hicieron escenas de Indiana Jones y de la película Tomb Rider que protagonizó Angelina Jolie (quizás de ahí su amor por Camboya).  Pero para mi lo más asombroso es ver a la naturaleza en plena acción. Son tanto los años de existencia de estos templos que la tupida flora hizo de las suyas y prácticamente se está “comiendo” los templos. Dicen que es la venganza de la naturaleza lo que se ve allí.

Pasamos un día recorriendo los principales templos de Angkor y a pesar del calor fue una experiencia inolvidable.

Cada país, con su cerveza

Angkor

Angkor Wat










Disfrutamos mucho de nuestro paso por Camboya porque además conocimos una pareja de argentinos con quienes compartimos lindas charlas y decidimos acompañarnos en el próximo destino en el que coincidíamos, Bangkok. Volvimos a la capital tailandesa con festejo de cumpleaños en puerta y planeando lo que sigue: sur de Tailandia, Malasia, Corea del Sur y Japón. Hay mucho por leer y organizar!

sábado, 13 de mayo de 2017

20 días por Vietnam

Otro clásico de un viaje por el sudeste asiático es Vietnam, nuestro paso por aquí fue de unos 20 días. Esperábamos que fuesen algunos más pero como descartamos algunos destinos se volvió más corto. Recorrer Vietnam lleva tiempo, los trayectos (como ya venimos acostumbrados) son largos y sobre todo LENTOS. Distancias de 900 km que nos llevaron 24 horas. Esta bien es lejos, pero 1 dia?!?! Too much.

Nuestra primera parada fue en la capital del norte, Hanoi. El país atravesó una de las guerras más duras hace no mucho tiempo, tan solo 40 años. Sin embargo las ciudades se levantaron y no hay vestigios de la destrucción que implicó el fuerte enfrentamiento entre el Norte comunista y el Sur “americano”. Los Estados Unidos en su lucha en contra del comunismo llegaron a este país asiático para unirse con una mitad de la población y luchar hasta la muerte con la otra. Esa otra mitad, comunista, estuvo encabezada durante gran parte del tiempo por Ho Chi Minh, quien fuera presidente de la República de Vietnam (la parte norte) pero por sobre todo un revolucionario enarbolando el comunismo. Luchó en la Guerra de Vietnam pero murió 6 años antes de que terminara, antes de poder ver que su gente había ganado y nacía la República Socialista de Vietnam, con un país unificado bajo un mismo poder político. Ho chi Minh es la cara de los billetes en Vietnam, Estatuas, calles, ciudades y un Mausoleo al fiel estilo socialista en donde yace su cuerpo totalmente vaciado pero intacto. Algo que él seguirá maldiciendo porque antes de morir pidió que lo incineraran sin embargo quienes asumieron el gobierno quisieron darle otro pasar. El Mausoleo se erije asi como el de Stalin en Moscú y para entrar a verlo es obligatorio despojarse de todo elemento tecnológico y guardar el más absoluto silencio, pasar caminando, no detenerse ni mirarlo demasiado y retirarse, acompañado en todo momento de los fieles militares que custodian el lugar. 

Calles de Hanói 
Hanói




De Vietnam visitamos en total 7 ciudades. En el norte Hanoi, Cat Ba desde donde navegamos para ver las montañas que nacen del agua, el famoso recorrido de Halong Bay. Pasamos por Ninh Binh a unos 80 km de Hanói donde podes recorrer en una balsa campos de arroz de un verde furioso y rodeado de montañas, la imagen es inigualable. Pasamos por el centro del país donde conocimos Hue, Danang y Hoi An, siendo esta última la más bonita de todas. Sus calles están adornadas de lamparas de colores, sus puentes iluminados, y sus hermosas playas la completan y la vuelven una excelente parada. Y luego nos movimos al sur para terminar en Ho Chi Minh City.


Monkey Island en Halong Bay

Bahía de Halong

Campos de arroz en Ninh Binh
Hoi An


Vietnam tiene la mejor fama entre los viajeros mochileros. “Lo mejor del sudeste”. Pero aquí va mi apreciación. Será que mi llegada a Tailandia (después de la inmensa India) fue cuasi milagrosa que nada, hasta ahora, logra convencerme más. Vietnam no es el país de la sonrisa eterna. Se muestran bastante reticentes a entrar en diálogo con nosotros, siendo muy parcos por momentos. Con excepción de los niños, ellos si saludan y saludan. Es una fiesta cuando te cruzas con nenes “Hello! Where are you from” chocamos los 5, sonrisas y más saludos. En varias ocasiones nos pidieron dialogar para practicar su inglés, del mismo modo adolescentes, que con un poco más de timidez también querían saber qué hacíamos en su país y qué nos parecía. Entendemos que en no muchos años será otro Vietnam. Las nuevas generaciones se abren al mundo, aprenden idiomas y adoptan formas culturales a veces muy diferentes a las propias. No así aquellos que sufrieron en carne propia la invasión del extranjero, en varias ocasiones. Y por supuesto que lo entendemos.

Después de praticar un poco d inglés con ellos se vino la foto!


Aquí como en Tailandia hay comidas que los locales repiten para el desayuno, almuerzo y cena. Se llama Phó es una sopa con fideos, una buena cantidad de hojas (lechuga y yerba buena) y bien condimentada, se le puede agregar pollo si pedimos PHÓ GÁ o carne que sería PHÓ BÓ. Y ahí nos quedamos esa es la base de su comida. Y nosotros al comer principalmente en lugares para locales nos quedamos en esas opciones también. Claro que buscando en otros sitios están siempre las clásicas hamburguesas de pollo, pizzas, pastas. Y por sobretodo el arroz en sus múltiples presentaciones, la estrella indiscutible de la gastronomía asiática. Pero el turismo internacional que reciben demanda variedad de comidas y ellos, por suerte, se adaptan, casi siempre, con éxito.


Plato vietnamita 

El trayecto de norte a sur fue siempre en bus. Los tickets para los trenes se agotan rápido y los vuelos, demasiado caros cuando se quiere sacar pasajes de un día para el otro. Son buses cama, con internet, y bastante cómodos, aunque para viajes de 24 horas no hay comodidad que valga. Nos tocó un viaje así para llegar a la ciudad capital en el sur del país, la ex Saigón hoy llamada Ho Chi Minh City. En total fueron casi 1000 kilómetros, en el medio un cambio de bus y espera de tres horas entre uno y otro, sumando sus reiteradas paradas para que los choferes coman sus platos de arroz, de sopa con fideos, y se fumen su puchito.
Las rutas están bastante bien y los caminos fueron muy verdes, por momentos con el mar de lado, también montañas y pueblos perdidos en el medio de la ruta. Fue largo y tedioso, pero tener internet en el bus ayuda además de que viajaban algunos españoles con los que charlamos un buen rato.

Ho chi Minh fue nuestra última parada en Vietnam y acá sí pudimos ver el mar de motos que sale en todas las fotos de este país. Realmente son  muchísimas, en todas las calles y veredas, ah si! Acá también andan por las veredas. El tránsito es un tema aparte por acá. A mi entender manejan a lo loco, pero así y todo la Panamericana porteña le gana con creces en accidentes viales. No hemos visto ningún accidente pero sí todo tipo de infracciones. Motos andando en avenidas en contramano, esquivando todo lo que venga de frente. Los semáforos, como en India, están de adorno, pasan igual tenga el color que tenga. Y los peatones igual, por lo tanto cruzar la calle es largarse a la aventura. En esa inmensidad de motos (es muy caro tener un auto acá asi que las familias enteras -4, 5 y hasta 6 personas viajan en una sola moto- es una locura. Para cruzar la calle y no “morir” en el intento tenés que caminar, mirando a los motociclistas como para hacer un contacto visual fugaz, pero sin frenar, ellos te esquivan. Al principio da miedo pero veníamos entrenados asi que no fue un problema.


Mausoleo de Ho Chi Minh en Hanói

No sufrimos un choque cultural como nos habían advertido. Es cierto que es diferente a Tailandia, pero supera en muchos aspectos a India, Nepal, Sri Lanka, que fue lo más duro del viaje. Especialmente por la infraestructura que ofrecen en hoteles gastronomía, comodidades. La relación calidad-precio es excelente y podes alojarte en habitaciones de primer nivel, con aire acondicionado, tv por satélite y desayuno por 12 dólares los dos. Hay más variedad de comida, no es un problema pedir que no sea picante y todo es agradable de ver, calles limpias, sin olores, sin vacas, sin demasiada contaminación. Ya vamos terminando con lo más duro del viaje, y fue bueno que sea el comienzo porque lo que queda por delante es todo realmente muy bueno. Nos vamos a Camboya sólo unos días para después volver a Tailandia, a Bangkok y a sus playas!